El sector público y privado pueden unir esfuerzos para mejorar la cantidad y calidad de información en servicio del agro.
A grandes rasgos, la agrometeorología estudia las condiciones meteorológicas, climáticas e hidrológicas y su interrelación en los procesos de producción agrícola.
La agricultura es uno de los pilares de la economía guatemalteca, por ello, los servicios agrometeorólogicos deberían ser una prioridad en la búsqueda del desarrollo.En nuestro país, el Instituto Nacional de Sismología, Vulcanología, Meteorología e Hidrología se define como la institución técnico-científica a cargo de la optimización de actividades del sector productivo asociadas a las ciencias atmosféricas, geofísicas e hidrológicas. Sin embargo, no cuenta con un área especializada en aplicar sus productos al sector agrario. En general, se subestima la labor de esta entidad. Desde hace unos meses he podido participar en algunas de las reuniones abiertas de climatología que llevan a cabo los lunes de cada semana, y en ese espacio he observado los paradigmas a los que se enfrenta la institución.
Por un lado, cuentan con excelentes profesionales siempre dispuestos a colaborar y compartir la información que poseen, aunque sea limitada; y, por otro, se presenta una carencia de mecanismos efectivos para divulgar la información con que cuentan, la falta de actualización tecnológica retarda la liberación de datos oficiales actualizados y la poca infraestructura y equipo les impide generar análisis y pronósticos más completos y delimitados. La variabilidad climática que vivimos es innegable y, si no logramos fortalecer entidades como esta y lograr que la información fluya adecuadamente, sin duda nos expondremos a problemas de sostenibilidad económica y seguridad alimentaria.
Desde mi perspectiva, alcanzar este objetivo requiere de voluntad política y acercamiento al sector privado. Las empresas que se dedican al tema agrícola son muchas y me atrevo a pensar y a decir que ninguna se resistiría a ayudar a crear un sistema integrado que sirviera para monitorear eficientemente las condiciones climáticas, especialmente si por medio de este pueden contribuir a crear bases de datos libres que contengan pronósticos más acertados al fusionar la información con la de otros sistemas y la de otros países.
Quién no desearía saber cuál es el momento ideal para fertilizar sus plantaciones o concretar trabajos culturales. Generar la información y facilitar su acceso debe ir acompañado con formación para su interpretación. De nada nos sirve escuchar de anomalías positivas o negativas, si no comprendemos su impacto en el entorno. Por eso, una unidad de agrometeorología es clave para traducir temas técnicos en informes comprensibles para todos. Guatemala tiene potencial para alcanzar la soberanía alimentaria y tecnificar su producción agrícola; por ello, es importante enfocar esfuerzos en esa vía en forma institucional. Y para 2016 no olvidemos que el fenómeno de El Niño aún está presente. Es importante atender las alertas y actuar para minimizar el impacto negativo de factores como este, que están fuera de nuestro control.
Deja un comentario