El futbolista Pablo Mingorance muestra su compromiso social con los menos favorecidos.
Muchos pueden ser los emprendedores en tiempos de pandemia, pero pocos asumen un compromiso social, y entre esa minoría se encuentra el futbolista argentino Pablo Chicho Mingorance, quien con sus ventas de mate (bebida) ayuda a 2 fundaciones de Jocotenango.
Che Un Mate es el nombre de la microempresa ideada por Mingorance, la cual destina un porcentaje de sus ganancias a contribuir a la educación y alimentación de alrededor de 500 niños que forman parte de la Asociación Dejando una Sonrisa y El Patojismo.
El proyecto del internacional no solo aporta a niños y jóvenes de las instituciones antes referidas, sino que también es fuente de empleo para artesanos chapines que se encargan de fabricar los implementos que se requieren para disfrutar de la tradicional bebida sudamericana, ya que lo único que importa es la yerba.
“Como futbolistas tenemos fecha de vencimiento. Ahora con la pandemia nosotros también sufrimos por recortes de salario; entonces es bueno no depender de una sola fuente de ingreso”, comentó el centrocampista nacido en Venado Tuerto, Argentina.
Con su nombre patentado después de su paso por equipos como Guastatoya, Municipal, Siquinalá y Antigua GFC, y de su reciente fichaje como superchivo, el gaucho demuestra que su fama en el futbol guatemalteco no es motivo de avaricia sino todo lo contrario, ya que ha hecho brotar su lado solidario y comprometido.
“El compromiso lo tengo porque yo me debo mucho a Guatemala. No debuté como profesional aquí, pero sí todo lo que he logrado en mi carrera se lo debo a este país; entonces es devolverle un poco de lo mucho que me han brindado durante todos estos años”, expresó.
Con el apoyo de su esposa, Yani, en esta nueva faceta, el argentino contó que la aceptación del producto ha sido muy buena, ya que ha alcanzado los 400 pedidos en aproximadamente 45 días, con envíos a todo el país, e incluso a los Estados Unidos.
Conquista un nuevo título
No solo el comercio y los títulos deportivos han sido parte del éxito de Mingorance, ya que mientras el deporte está suspendido en el país aprovechó el tiempo para culminar sus estudios de diversificado, los cuales había suspendido desde hace 12 años.
“Me faltaba un curso, y no lo había podido completar porque lo impartían justo los días en que entrenaba en Argentina, y, obviamente, prefería el futbol que lo académico. Por suerte esta semana pude cerrar ese ciclo”, exteriorizó.
Con muchos de sus sueños cumplidos, Mingorance le apuesta a más, no solo en lo futbolístico sino que también en lo académico, ya que pretende continuar su formación académica, ya sea en temas relacionados con deporte o los negocios.