El nombre de Blanca Rosa Amado está grabado con letras doradas en la historia del baloncesto femenino guatemalteco. La atleta más conocida por su mote Chochi, está llena de glorias y sus conquistas las ha conseguido a base de coraje, disciplina y sobretodo encestando balones en las canastas de duelas nacionales y extranjeras.
El destino le tenía preparado que brillara en esta disciplina, pues en los establecimientos donde estudió no se practicaba mucho el deporte; es más, ni siquiera participaban en torneos escolares; sin embargo, su pasión la condujo en el camino correcto para convertirse en una de las referentes de la azul y blanco.
A los 16 años, recibió la invitación para profesionalizarse y no dudó. El Gimnasio Teodoro Palacios Flores fue su casa de entrenamiento y el lugar que la catapultó a grandes glorias. “Yo venía de jugar en las colonias, sin un entrenador que me indicara los conceptos y principios básicos”, apuntó.
Chochi llegó a jugar en equipos de la Liga Nacional, como Cachorros, América Latina, Litegua, Trías, y en La Unión Hércules-Española de Charata de la Súper Liga de Argentina. En 2015, con Trías terminó como campeona centroamericana y MVP de máxima encestadora.
En 1999 debutó con la Selección Nacional, con la cual jugó un Centroamericano en Costa Rica y un Centrobasquet en Cuba. Era una de las más pequeñas en cuanto a edad. “Fue una de las mejores épocas, aprendí a jugar con coraje y pasión”, relató Amado, de 36 años.
Para ella, uno de sus momentos cumbres fue el Centroamericano El Salvador 2007, pues se llevó 4 de los 5 premios individuales: máxima encestadora, más valiosa, máxima rebotadora y máxima receptora de balones, además de salir campeona. “Fue algo más significativo”, rememora.
Han sido 20 años de carrera de Chochi, de alegría, tristeza y una multitud de galardones, pero las ganas de continuar escribiendo su historia continúan, pues no desecha el anhelo de despedirse jugando algún torneo oficial con Selección Nacional: el equipo de sus amores. Alex Jacinto