Ayer, el Estadio Nacional fue el punto de encuentro entre deportistas y aficionados.
Lo anunciaron como una convivencia entre atletas que participaron en los Juegos Centroamericanos y del Caribe Barranquilla 2018 y aficionados, pero fue más que eso; resultó, en los niños, el comienzo del deseo por ser como ellos, las ganas de iniciarse en el deporte, trascender e igualar las gestas de los grandes o, en el mejor de los casos, superarlas y enaltecer a Guatemala.
El Estadio Nacional recibió ayer a cientos de guatemaltecos que, con cámara lista, papel y lápiz, se acercaron para compartir con algunos de los máximos exponentes del deporte chapín: aquellos que fueron a Barranquilla a patentar la mejor participación de Guatemala en la historia de las justas regionales y cosechar 84 medallas.
Felipe Flores, de 63 años, aprovechó para acercarse a sus referentes, con su distintivo: una cartulina y el texto Gracias deportistas chapines por todas las medallas que ganaron, un agradecimiento corto pero conciso, y desde lo profundo de sus sentimientos.
“Ellos son quienes nos representan como país y tenemos que estar orgullosos de ellos. Uno debe amar y querer el lugar donde uno nace, donde uno ha dejado el ombligo, como dicen. No podemos desear nada más, porque Guatemala es lo máximo”, expresó el oriundo de la zona 18, quien fue la sensación de la mañana, pues los mismos atletas lo reconocieron y se fotografiaron con él.
La actividad arrancó desde las 11:00 y entre las sorpresas hubo exhibiciones de taekuondo y boxeo, con participación de niños aficionados.