Guatemala tiene la oportunidad de avanzar para que cada niña acceda al desarrollo con equidad.
Guatemala, junto a 192 países, trazó el camino del desarrollo para la humanidad, con el punto de partida en el año 2015 y de llegada en 2030. Esta agenda constituye una oportunidad para mejorar las vidas de las personas en todas partes, sin distinción: los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS).
Este acuerdo mundial incorpora la dimensión social y la sostenibilidad ambiental en una sola agenda con 17 objetivos, metas e indicadores, que permitirá a los países reconocer sus avances y brechas, basado en 5 pilares: personas, planeta, prosperidad, paz y alianzas. Toda nuestra cotidianidad, nuestro trabajo y apuestas se han teñido en estos días de los colores y la frescura que los ODS traen.
Hace unos días tuvimos oportunidad de grabar el video de Alma*, una niña de 10 años, en Chisec, Alta Verapaz, que nos hace reflexionar acerca de lo que deseamos apoyar a construir en Guatemala. Cuando lleguemos al plazo acordado por los países para el logro de los ODS, Alma tendrá 25 años, edad en la que ella se ve siendo mentora de otras niñas de su comunidad; viviendo en su aldea, sin tener que migrar; casada solamente cuando esté preparada con una profesión y un empleo.
Frente al proyecto de vida de Alma, tan inteligente e interesada por su comunidad, me siento nuevamente comprometida por aportar para que ella, las niñas y adolescentes indígenas que han quedado en el último puesto de la fila del desarrollo, logren desplegar su potencial plenamente. Que pueda desarrollarse igual que lo logre su comunidad, haciendo frente al cambio climático y pueda satisfacer las necesidades de las generaciones presentes sin sacrificar las de generaciones futuras. Que acceda a la prosperidad y disfrute una vida digna y plena en armonía con la naturaleza; viva en un país donde la paz se construya sobre la justicia e inclusión; libre de violencia, sin miedo y con libertad. Que movilicemos los medios necesarios para implementar esta agenda a nivel mundial basándonos en un espíritu de solidaridad mundial.
Con el liderazgo del Gobierno, el acompañamiento del Sistema de las Naciones Unidas y la participación de la ciudadanía, Guatemala tiene la oportunidad de transitar un camino de 15 años, que permita a cada niña y adolescente acceder al desarrollo en equidad, para tomar sus propias decisiones, construir sus propios proyectos, aportar a su comunidad y para ser feliz. *Nombre ficticio.
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