El diseño que se tenía contemplado al principio era de mayores proporciones, comparado con lo que ahora se yergue ante quienes transitan por la 24 calle de la zona 1. Se trata de uno de los complejos arquitectónicos más emblemáticos de Guatemala: el Centro Cultural Miguel Ángel Asturias, conocido popularmente como Teatro Nacional, que se encuentra en la Colina San José de Buenavista, donde se situaba el llamado Fuerte de San José.
Esta colina, una de las más altas del valle, fue el lugar que llenó los requisitos en la década de los 60 para la construcción de un nuevo teatro, durante el gobierno de Miguel Ydígoras Fuentes. Este proyecto, que sería el escenario para la presentación de todas las artes, estuvo a cargo del arquitecto Marco Vinicio Asturias; sin embargo, su muerte, en 1965, detuvo los trabajos y no fue sino hasta 1971 que se reanudaron, pero esta vez bajo la dirección del maestro Efraín Recinos.
“Él pensó en todo”, comentó Rodolfo Ortega, guía del lugar con 31 años de experiencia y quien fue orientado por el propio creador. Pasillos, diseños, formas, ambiente, color, decoración, acústica, dirección, inclinación y entorno, fueron detalles que Recinos trabajó meticulosamente en el recinto que fue inaugurado el 16 de junio de 1978, y que, además del edificio principal que se armoniza con los exteriores y que alcanza una altura de 28.5 metros, también cuenta con el Teatro de Cámara Hugo Carrillo, el Teatro al Aire Libre Otto René Castillo y, próximamente, con el Instituto de la Marimba. Ortega expresó que el objetivo del maestro Recinos era plasmar elementos propios de la cultura e historia del país en este edificio, que hoy se cataloga como una obra maestra única en el mundo y que cumple 38 años de ser un símbolo de belleza, arte y cultura.
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