La incapacidad de realizar cambios a gran escala se basa en una combinación de factores: no darnos cuenta de lo que “realmente” sucede o, aun si nos damos cuenta, pensar que nuestra acción aislada no será suficiente para realizar un cambio significativo o, paradójicamente, pensar que podemos hacerlo solos. En cualquier combinación de lo anterior el resultado es el mismo, y las cosas siguen relativamente iguales.
¿Cómo salir de esa espiral? Se supone que la innovación nos ayuda; sin embargo, solo lo podemos lograr en situaciones especiales.
La inercia cognitiva es la tendencia que tenemos a seguir pensando como lo hemos hecho anteriormente. De esta manera, la mayoría de las personas interpreta nuevos eventos, ideas y hechos desde un prisma en que encajan con lo que creen, o están en contra de lo que creen.
Esta manera de ver las cosas nos juega la mala pasada de rechazar información valiosa porque está en contra de una creencia o sentimiento con, muchas veces, consecuencias desastrosas. Algunos casos históricos de inercia cognitiva los sufrieron Polaroid y Kodak frente a fotografía digital, la industria relojera suiza frente al reloj de cuarzo, el sector inmobiliario británico durante la recesión, entre otros sucesos.
Muchas veces nos damos cuenta que se debe “hacer algo” pero, paradójicamente, mientras algunos creen que no son suficientes para generar un cambio significativo, otros creen que lo pueden hacer solos.
La colaboración permite que lleguemos en conjunto mucho más allá de lo que hemos llegado antes, tanto desde cómo entendemos los desafíos, como de lo que somos capaces de hacer.
Nuestra capacidad individual de darnos cuenta y dar sentido a la realidad es mucho más limitada que cuando trabajamos con otros. Más allá de las ideas que podemos aportar, y de cómo apoyamos una u otra iniciativa, el impacto aumenta cuando las personas se movilizan combinando maneras de entender y capacidades para hacer.
Aun cuando seamos capaces de darnos cuenta de que debemos cambiar, parte del problema es la tendencia que tanto personas como organizaciones siguen actuando como lo han hecho siempre.
Una persona puede saber que fumar o alimentarse mal es dañino para su salud, pero pocos tienen la capacidad de cambiar los hábitos. Es por esto que una estrategia común para lograrlo es asociarse con otros buscando el mismo objetivo. ¿Quizás con tu participación las cosas podrían ser aún mejores?
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