Cuando un jefe edil entiende la importancia de su rol en el tema de seguridad ciudadana, toma la iniciativa de efectuar tareas de prevención.
Cuando nos sentimos afectados por el clima de inseguridad, queremos que se tomen acciones inmediatas para que la problemática sea revertida. Es normal pensar que el Gobierno central tiene el deber de brindar seguridad a la población, constitucionalmente ese es su mandato; pero el trabajo conjunto que se haga con el poder local es imprescindible.
Lo más acertado sería trazar las líneas de acción preventiva desde el seno familiar, la comunidad, el municipio, el departamento y así sucesivamente hasta alcanzar el nivel nacional; no obstante, el trabajo se ha hecho al revés, de forma reactiva y empezando desde arriba. En ese sentido, me llama la atención un documento que el Banco de Desarrollo de América Latina realizó, con colaboración del Wilson Center.
El documento se deriva de las experiencias, grupos de trabajo y de debate relacionados a la labor que desde el gobierno local se realiza en aras de la seguridad, donde se identificaron puntos positivos como reducción de tasa de homicidios, bajos índices de victimización y una mejora en la percepción de seguridad. Como resultado de estos espacios, se identificaron diez elementos esenciales que una política de gobierno local debería considerar.
El primer elemento se trata del liderazgo de la autoridad local, porque es el poder que se encuentra más cercano a la población y es desde allí donde se identifican las necesidades más urgentes. Cuando un jefe edil entiende la importancia de su rol en el tema de seguridad, toma la iniciativa de efectuar tareas de prevención y con el apoyo del poder central. Un ejemplo claro es el caso de las ciudades colombianas de Cali, Bogotá y Medellín, donde el mayor propulsor de iniciativas de seguridad es el alcalde.
Los otros elementos son: diagnóstico adecuado para la planificación estratégica, capacidad de intervención integral, policía comprometida con la autoridad local, coordinación con la sociedad civil, adecuada focalización, uso de la tecnología, participación comunitaria, medidas alternativas para infractores menores y el proceso de seguimiento, evaluación y sistematización de las acciones implementadas.
Todos los elementos tienen un momento trascendental en la elaboración de planes y estrategias en el ámbito de la seguridad, pero si no hay liderazgo desde la autoridad local, los otros nueve elementos no tienen razón de ser.
Deja un comentario