Cuando se está acostumbrado a no ganar nada, no hay una exigencia para el deporte; sin embargo, después de probar las mieles de una presea de plata, es lo menos que se puede pedir a un contingente de 21 atletas que nos representan.
Durante los recién terminados Juegos Olímpicos de Río 2016, hubo deportistas de quienes poco se podía pretender, debido a su inexperiencia, como José Ramos, de Judo; Luis Carlos Martínez y Valerie Gruest, en natación; José Raymundo y Mario Bran, de marcha, o Édgar Pineda, de halterofilia.
Aún así, el jalapaneco Pineda, se las arregló para terminar décimo en -56 kilogramos, la mejor participación en su disciplina.
Pero el caso era distinto para aquellos que ya se han hecho de un nombre y que venían precedidos por éxitos en los Juegos Panamericanos, se esperaba más.
A la hora del balance, se debe decir, que este tiene saldo negativo para el contingente azul y blanco, con fracasos notables en ciclismo, gimnasia, tiro y marcha. De lo rescatable en las justas está lo hecho por Juan Ignacio Maegli, en vela, con un octavo lugar que le ameritó recibir el Diploma Olímpico, y el esfuerzo de Charles Fernández, quien terminó decimoquinto, en el pentatlón moderno.
Al final, se toma como un retroceso el no haber igualado cuando menos lo de Londres 2012, y volver a casa con las manos vacías.
Deja un comentario