Después de que el domingo se diera a conocer que el marchista Érick Barrondo quedó fuera de la competencia de 50 kilómetros, por una lesión de rodilla, y que el mismo día saliera a luz una hoja de resultados radiológicos del 18 de abril, en la que se le notifica el diagnóstico a Julio Motta Pensabene, médico responsable del área en el Comité Olímpico Guatemalteco (COG), saltaron múltiples dudas sobre este respecto.
En declaraciones emitidas por medio del COG, Motta dice tener el resultado radiológico que indica la lesión, aunque todavía no han practicado los análisis para conocer la extensión o gravedad de esta, lo que pone en duda por qué no se practicaron si se conoció desde hace cuatro meses.
En terapia
“Tenemos el diagnóstico, pero todavía no contamos con la extensión de la lesión, que no se puede saber por medio de los estudios radiológicos, aunque sí empezamos con la terapia de recuperación y solo esperamos el resultado de la resonancia magnética para definir el siguiente paso”, expresó el galeno.
“Al existir un proceso inflamatorio como el de Érick (Barrondo), existe el problema de que se puede agravar la lesión y hacer más lento el proceso de recuperación. En las justas queremos que cualquier atleta se encuentre al ciento por ciento, pues no es producente mandarlo a competir a sabiendas de que se puede empeorar su condición”, agregó.
En el mismo video difundido por la entidad, Barrondo dice que él compitió todo este tiempo con dolor, pero que no dijo nada por temor a perderse las justas, todo esto después de las severas críticas que se dieron en las redes sociales luego de que terminara en el puesto 50 la competencia de 20 km.
“Todo surge de una lesión que vengo arrastrando desde hace tiempo, y debido a lo que pasó durante la prueba del viernes, el cuerpo técnico y médico en conjunto decidieron que no participe en la prueba de 50 kilómetros. Uno como atleta siempre quiere darlo todo, y cuando le preguntan si está bien, uno, por el respeto a la gente, dice que sí, aunque por dentro se esté retorciendo del dolor”, explicó el medallista de plata en Londres 2012.
“Desde hace meses que he venido trabajando con el apoyo de la unidad médica del COG, pero en este momento no es recomendable que salga a marchar a medias. Aunque mi deseo era el de competir, estoy consciente de que difícilmente habría terminado la carrera”, añadió el atleta desde Río de Janeiro.
Lo cierto es que ha quedado en entredicho la labor de la unidad médica, que no ha practicado los controles oportunos y solo se queda con lo que el atleta ha dicho.
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