“La pelota no se mancha”, es una frase futbolera trillada que vociferan los grandes protagonistas del balompié; sin embargo, está lejos de ser una realidad, principalmente cuando se mezcla el futbol con religión y política.
Las barras bravas de Sudamérica son un ejemplo de las conductas violentas e irracionales de radicales de determinados equipos, pero comparado con las actitudes de hinchas de Medio Oriente, se quedan cortas.
Forever Pure es un documental de 87 minutos que figura entre la cartelera de Netflix y desnuda la barbaridades y el odio que puede existir cuando el Beitar de Jerusalén, equipo de Israel, ficha a 2 jugadores musulmanes y desata una batalla ideológica.
Todo se deriva de la ambición de un multimillonario ruso, Arcadi Gaydamak, dueño del equipo, quien al perder las elecciones para alcalde de Jerusalén, se venga con un golpe al orgullo de los aficionados que presumen de nunca haber tenido a un jugador árabe en sus filas. La presencia de los futbolistas, originarios de Chechenia, en la plantilla, provocó el boicot de los radicales, denominados La Familia, iniciando un hostigamiento extremo que infecta al seno del club.La historia surge a partir del deporte, la política israelí, el racismo y el fanatismo religioso y retrata la conducta de una sociedad seducida por el extremismo. Bryan Anton