Liverpool y Tottenham definen en Madrid al rey de Europa.
El éxito de un club se mide por sus conquistas y, claro, en ellas hay categorías. El verdadero poder en Europa y, por qué no, en el mundo del balompié, lo tiene quien asalte la Liga de Campeones, esa Orejona preciada que irrumpe sueños y catapulta a la gloria.
Y esas sensaciones no solo la viven los jugadores y aficionados de los países de donde son los equipos finalistas, en este caso, Inglaterra, de donde proviene el Liverpool y el Tottenham, la pasión y efusión va más allá. Cruza fronteras y paraliza al planeta.
Por eso, mañana, los focos del mundo estarán sobre los reds, que disputan su novena final, y los spurs, que jugarán la primera. “Podés jugar muy bonito, hacer buenas campañas, pero lo que te da prestigio son los títulos”, dijo el argentino Mauricio Pochetino, técnico del Tottenham.
Un eventual triunfo de los spurs tendrá un gran valor no solo para el técnico, sino para una institución que en las 2 campañas pasadas no ha abierto la billetera para fichar futbolistas, algo inusual a esas escalas, y la prueba de la construcción de su propio equipo.
“Llegan allá casi como titanes”, declaró el entrenador portugués José Mourinho. Y es que la supremacía se hizo notar. Los spurs se dieron sus lujos: sacar al City y al sorprendente Ajax.
Odio y amor
El alemán Jurgen Klopp tiene una relación odio-amor con la Champions, asalta por tercera vez una final con el Liverpool, las 2 anteriores se les ha negado, y esta vez quiere quedársela. Cuenta con un plantel que dio muestras de lo que es capaz con la épica remontada sobre el Barcelona.
El tipo que la única red social que utiliza es WhatsApp, amante del rock and roll, quiere hacer del Wanda un Anfield, y que al unísono se escuche el You’ll Never Walk Alone. Sus ases son el brasileño Roberto Firmino, el egipcio Mohamed Salah, el senegalés Sadio Mané y el holandés Virgil van Dijk.
Empero, en la constelación del rival están los ingleses Kieran Trippier, Delle Ali y Harry Kane, todavía en duda por una lesión, y el brasileño Lucas Moura.
La final, aunque redunde, pondrá fin al imperio español, que dominó durante los recientes 5 años con el Real Madrid (4) y el Barcelona (1). El campeón sabemos que será inglés, después de 7 años, sólo queda definir quién será, el Wanda Metropolitano de Madrid será la sede de la batalla.