Sobre el pasto inmaculado del Estadio David Cordón Hichos, a Guastatoya lo resplandeció no la Luna ni las estrellas, sino el Sol, en una tarde apoteósica en la que el futbol se rindió ante el linaje oriental, la historia se engrosó y les dio su regalo de Navidad por adelantado: la copa de campeón.
El mejor equipo de Guatemala viste de amarillo y verde y es de El Progreso, bajo el mando de un cobanero, Amarini Villatoro, de 37 años, quien nunca jugó al futbol profesional, pero ha roto moldes desde la dirección técnica, al estilo de José Mourinho y Marcelo Bielsa.
Costumbre se le ha vuelto hacerlos protagonistas, y el depósito sentimental no ha sido defraudado, porque pareciera que desde la primera conquista, en mayo de este año, el tiempo no ha pasado: siguen en el trono y además han alcanzado credenciales internacionales. Han hecho de la victoria un arte, codeándose con la élite en apenas 8 años de existencia, en los que uno de los más laureados, Comunicaciones, con 30 cetros, se sumó como víctima, después de Xelajú, el abatido en el Torneo Clausura 2018
El grito de Wilson Pineda a todo pulmón al solo Mario Escobar pitar el final del partido contrastó con el de Robin Betancourth, sacándose la bronca, porque parafraseando a una de las canciones del mexicano Vicente Fernández, Guastatoya “sigue siendo el rey”, un título rubricado desde los botines de los delanteros Luis Martínez y Ángel Rodríguez, y ahora es un equipo que vale por dos.
Luis Martínez, y su revancha con el futbol
“No nadé tanto para quedarme en la orilla”, parafraseó el delantero guatemalteco Luis Martínez, protagonista en la llave final que su equipo Guastatoya le ganó a Comunicaciones con marcador global de 3-2. Y esque para el Salamá Martínez la profesión de futbolista no lo había tratado a gusto, al punto de llevarlo a pensar en el retiro.
Martínez integró la plantilla de Xelajú que se coronó campeona en el Torneo Clausura 2012. Sin embargo, no pudo jugar la final, por lesión. La historia se repitió en el Clausura 2018, con Guastatoya, que fue campeón sin tener participación en los juegos decisivos.
“Confiaba en una revancha, y ahora Dios me recompensa con esto. Al principio no confiaban en mí aquí en Guasta, porque vine lesionado, pero con el tiempo se dieron cuenta del trabajo”, aseguró el también seleccionado nacional.
Aunque es primera vez en la historia del futbol guatemalteco que un equipo departamental consigue la corona 2 veces consecutivas, Martínez asegura que él sí creyó en dicha faena.
“Le pedí a Dios que me recompensara, porque de la forma en que he vivido el futbol me ha costado mucho. Lo he disfrutado, porque no me he dado por vencido, y en cada partido he luchado”, expresó.
Martínez fue el futbolista más determinante del conjunto pechoamarillo, pues se apuntó a la fiesta del bicampeonato con intervención directa en los 3 goles de la final.
