“Es sencillamente increíble”, respondió Víctor Taracena cuando se le preguntó qué significa para él el lanzamiento de martillo, deporte en el cual destacó durante su etapa como atleta de alto rendimiento que terminó a inicios de los 90 del siglo pasado.
Taracena fue campeón Centroamericano y del Caribe Universitario en la década de los 80, en República Dominicana, y campeón del Istmo en 2 ocasiones, en las justas de Guatemala 1986 y en las de Honduras 1990.
Además, entre sus principales logros está el récord que impuso en junio de 1975 en lanzamiento de martillo, cuando registró 53.68 metros, el cual duró 28 años en ser pulverizado, pues en 2003 Raúl Rivera estableció la marca de 66.23.
Después de su retiro de las contiendas oficiales, se dedica a compartir sus conocimientos y experiencias con atletas y los resultados no se han hecho esperar, aunque a veces la nostalgia lo invade por competir.
“Di todo lo que tenía que dar, por eso ni siquiera en categorías máster me involucro”, expresó el exlanzador de martillo, quien en la actualidad entrena a un equipo denominado Amigos del Atletismo, integrado por 31 deportistas de ambas ramas.
Uno de los logros que más se ha disfrutado en esta faceta fue el bronce obtenido por Mario Blanco en 100 metros, en los Centroamericanos y del Caribe San Salvador 2002, primera medalla para Guatemala conquistada por un varonil en la historia.
Taracena también se jacta de ser el forjador de atletas poseedores de récords nacionales, como Sofía Alonso y Luis Mario Taracena, en lanzamiento de jabalina, con marcas de 44 metros y 27 centímetros y 71.78, respectivamente.
“Cada vez que uno de mis atletas rompe un récord nacional, me lleno de satisfacción y orgullo. Es algo especial, son sentimientos encontrados. Si me pongo a escribir sobre esos momentos, sería difícil”, expuso Taracena, el forjador de talentos de atletismo. Bryan Anton
