Diego Ruiz desayunaba ayer por la mañana junto a sus padres, en Antigua, Guatemala, cuando sonó el celular. Era Wálter Claverí, técnico de la Selección Nacional, para indicarle que se presentará a las canchas del Proyecto Gol, para realizar el segundo morfociclo con la bicolor.
Sus progenitores gritaron de la emoción y él sintió una sensación de felicidad. “Es por lo que uno ha trabajado, y la familia, más que nadie, sabe cuánto le ha costado a uno de que lo convoquen a la Selección mayor. Es por eso que los sentimientos se encuentran”, manifestó.
Si bien, uno de los motivos de su llamado es para reemplazar a Wílber Pérez, quien dejó la azul y blanco porque jugará en el balompié de Kosovo, Ruiz a base de goles dijo “aquí estoy”: acumula 4 en 2 partidos, 3 de ellos anotados el domingo en la victoria de Iztapa contra Sanarate.
Salió de las canteras de Municipal, ha jugado en Santa Lucía, Marquense, entre otros equipos; sin embargo, su carrera ha tenido un ascenso en la actualidad. “Goleador”, “goleador”, le gritaron ayer sus compañeros de la bicolor cuando piso la cancha principal del Proyecto Gol.
Ruiz quiere que la tercera sea la vencida y estar en el equipo que enfrentará a Cuba el 15 en el Doroteo Guamuch Flores, y el 18, en el Mario Camposeco. Pues aunque estuvo en morfociclos de procesos Sub-17 y Sub-20, no quedó en ninguna de las 2 selecciones.
“Lo primero que se me vino a la mente cuando me convocaron es que tengo una revancha”, apuntó el futbolista de los peces vela de Iztapa, y remarcó: “El futbol tiene más tristezas que alegrías; las pocas alegrías han sido muy bonitas, pero este es el mayor premio”.
Ruiz se entrenará junto a otros 23 futbolistas esta semana, la segunda de trabajo de la azul y blanco, que se alista para los fogueos contra los cubanos, en su retorno al plano internacional.