Los vientos brasileños soplaron ayer a favor de Juan Ignacio Maegli. Las aguas cedieron al paso de su catamarán; el cielo despejado lo estimuló y terminó convirtiendo su día en un trampolín, que utilizó para catapultarse hasta la sexta casilla de la clasificación general de navegación a vela en la clase láser estándar.
El contingente de 46 embarcaciones, con atletas voraces realizando maniobras básicas o complejas, con tal de completar las regatas en las mejores posiciones, las malas jugadas del aire y estar situado en el puesto 16 fueron las principales adversidades con las que cargó el nacional, de 28 años.
Maegli parecía desviarse de su objetivo: figurar en el podio. Sin embargo, encontró la brújula que lo reorientó y escaló 10 peldaños, que lo sitúan al alcance de las preseas de los Juegos Olímpicos Río 2016, con 24 puntos netos. El argentino Julio Alsogaray comanda la contienda, con 7.
Ardua batalla
El velerista guatemalteco, quien disputa sus terceras justas olímpicas, dio batalla de principio a fin a rivales como el chipriota Pavlos Kontides y el australiano Tom Burton, en la primera regata de ayer, y consiguió quedarse con el tercer lugar. En su segunda intervención culminó séptimo.
“Fue un día largo, pero me salieron bien las cosas. Las metas se están cumpliendo. Sé lo que quiero hacer, aunque lo que importará es el resultado final. De seguir así, algo mejor vendrá. Ojalá que las condiciones de mañana (hoy) estén mejores”, expresó el navegante. La corriente y el viento han alcanzado un grado mayor de dificultad, a decir del chapín. “El aire dentro de la bahía cambia mucho por las montañas altas, pero la clave es la constancia”, añadió.
Maegli surca las aguas hacia las medallas, pero aún quedan 4 días de competencia para definir a los 10 botes que avanzarán a la final, que se celebrará el lunes. “Lucharé hasta el final. Espero estar ahí. Haré un gran esfuerzo”, sentenció.
Hoy a las 10:00 saldrá de nuevo para disputar los heats 5 y 6, en el área de Copacabana, a la espera de que los vientos le sonrían y las aguas se rindan a su paso.
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