La solicitud de la prueba B por parte de los 4 jugadores de Antigua GFC que arrojaron resultados analíticos adversos en las fases finales del Torneo Apertura 2015 se encuentra estancada. Ni los futbolistas ni el presidente de la institución dan una explicación acerca de los atrasos.
El club había pedido la apertura de las muestras para el 19 de febrero, pero el 25 de ese mismo mes la reprogramó para mañana; sin embargo, hasta ayer no se habían presentado los comprobantes de pago en la Federación Nacional de Futbol (Fedefut) ni designado a la persona que asistirá al laboratorio con sede en Canadá.
“No hemos recibido ninguna notificación. De no cumplir con los requisitos, el procedimiento quedaría suspendido. El laboratorio no es juguete. Yo solo me encargo de brindar los informes a la Agencia Mundial Antidopaje”, manifestó Rafael Robles, jefe de la Comisión Médica de la Fedefut.
Piden tiempo
Rafael Arreaga, presidente del conjunto aguacatero, expresó que por confidencialidad no hablaría y se limitó a indicar que los jugadores pidieron tiempo para reunir el dinero, pero que ellos los apoyarían parcialmente. El costo de cada prueba es de Q1 mil 920.
Arreaga añadió que son los propios futbolistas quienes están a cargo de manejar la situación, aunque al ser consultado Alejandro Díaz, uno de los implicados junto con Víctor Ayala, Leonel Aroche y Alexánder Robinson, dijo que es el club el que lleva el trámite de sus casos.
“No sé nada. No puedo dar declaraciones, prefiero no hablar para no cometer errores”, comentó el delantero argentino, y agregó: “Todo está en manos del club”.
Los 4 futbolistas antigüeños están inhabilitados desde el 28 de enero, cuando se les detectó que consumieron la sustancia SARM S-22, un anabólico que promueve el crecimiento del músculo esquelético.
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