La discusión en torno a una decisión política atraviesa la cuestión del lenguaje común y el entendimiento compartido de los actores.
Algunos enfoques teóricos de las ciencias sociales han profundizado en el análisis del discurso como fuente de conocimiento y abstracción de la realidad. En este sentido, el acto discursivo refiere principalmente a las elecciones lingüísticas que los actores hacen para expresar o comunicar determinados mensajes, estas elecciones que abarcan más que el lenguaje verbal o escrito.
La discusión en torno al acto discursivo atraviesa la cuestión del lenguaje común, el que diferentes actores compartan el mismo entendimiento de un constructo en particular. La dinámica generada alrededor de la declaratoria de un estado de prevención en el territorio nacional pone de manifiesto las implicaciones ideológicas y las diferentes significaciones que supone una decisión política de esta naturaleza.
Claramente el tema de las garantías constitucionales no puede ser minimizado, sin embargo, hay una tensión evidente en cuanto a la “securitización” del discurso, no solamente desde el oficialismo y las instituciones formales, como podría ser percibido, sino también (y especialmente) por parte de los participantes que discursivamente construyen una serie de significados en torno a esta decisión, sobre todo, en relación con los protagonistas que han optado por tal decisión. Es un claro ejemplo de cómo los intereses, actores e identidades son construidos socialmente, es decir, son el producto de una determinada asignación de roles.
En esta coyuntura, el acto discursivo trasciende los aspectos comunicacionales y de forma (acuerdo gubernativo, prensa, comentarios en redes sociales…), así como los prejuicios y sesgos políticos que gravitan en nuestro contexto. Es interesante traer a discusión un constructo que parece haber sido bastante recurrente en las reacciones en redes sociales: 27A, en referencia al 27 de agosto del año pasado, cuando en el momento más multitudinario de una serie de manifestaciones, la ciudadanía en “la plaza” exigió la renuncia del presidente.
Ante el descontento que generó la decisión del Ejecutivo, el “27A” se expresaba como una especie de advertencia de lo que podría verse en el futuro próximo; si bien hubo otros elementos en el contexto que llevaron a la interrupción del mandato, en términos de discurso, no se puede obviar la significación que ha adquirido en el imaginario colectivo actual. Otro elemento para reflexionar es la revocación del acuerdo que declaraba el estado de prevención, esta decisión también se constituye en un acto discursivo, sobre el cual es necesario analizar qué comunicó el Ejecutivo, cuál ha sido el entendimiento de los actores, y cuál es la dinámica de poder expresada.
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