En mi columna anterior consigné que la Agenda Urbana para los próximos 50 años presentada por el Gobierno el 6 de septiembre pretende responder a “un desarrollo territorial caracterizado por ser desordenado, excluyente, desequilibrado y contaminante para el país”, definido por un “centralismo exacerbado”, según la explicación ofrecida por las autoridades.
Planteé que su desarrollo desafía el modelo de organización y operación de los poderes del Estado y sus sectores, y que responde al Plan Nacional de Desarrollo K´atun Nuestra Guatemala 2032.
Con base en este instrumento, establecido en 2014, y que también enmarcará las nuevas directrices para el cumplimiento de los Acuerdos de Paz, se puede delinear de qué manera deberá continuar la recomposición del país, para establecer cómo contribuir a su avance y auditarla.
La planificación del K´atun 2032 tiene un primer eje llamado Guatemala Urbana y Rural, el cual establece la plataforma para el desarrollo de las otras cuatro líneas estratégicas, y cuenta con igual número de prioridades que son el desarrollo rural integral, urbano sostenible, territorial local y territorial resiliente y también sostenible.
Agregué, en términos generales, que tomándolo como referencia, la prosperidad de la nación, a partir del fomento de las ciudades intermedias requiere una nueva ley de regionalización y el fortalecimiento de la participación ciudadana, de las municipalidades y la descentralización.
En esta línea, es conveniente acotar que de acuerdo con el Plan Nacional, con relación a estos temas hay algunos plazos que apremian. Por ejemplo, se había previsto que una nueva normativa sobre el servicio civil municipal y un código tributario municipal estuvieran vigentes para este año, con el objetivo de “equilibrar la dependencia” de los gobiernos locales respecto del central.
La discusión de estas reglamentaciones debe integrarse a la agenda ya, en un contexto en el que se discuten reformas relacionada con el recurso humano del Organismo Ejecutivo y en el que se avanzan criterios para proponer cambios fiscales el próximo año, con la gestión del presupuesto multianual.
Asimismo, la Agenda Urbana debería apuntar a que para el año 2024 sean las comunas las encargadas de gestionar el territorio, por mencionar algunos aspectos de tipo administrativo, económico y político.
Sobre este asunto, es urgente que se recuperen las políticas y los planes de fortalecimiento municipal elaborados por la Secretaría de Planificación y Programación de la Presidencia, y actualizar periódicamente el diagnóstico de las capacidades locales conocido como Ranquin Municipal.
Deja un comentario