En el transcurso de este mes y noviembre, el Ministerio de Desarrollo Social (Mides) tiene previsto desembolsar Q457 millones en los programas de transferencias monetarias condicionadas dirigidos a salud y educación, con lo cual proyecta alcanzar una ejecución presupuestaria del 82 por ciento a finales de este año.
José Moreno, titular del Mides, explicó ayer durante la presentación del informe Pobreza Multidimensional Infantil y Adolescente en Guatemala que en lo que resta de octubre desembolsarán Q150 millones y en noviembre tienen contemplado gastar Q307 millones.
Ariela Luna, exviceministra de Planificación de Perú, quien participó como panelista en el primer Seminario Internacional de Desarrollo, que concluye hoy, manifestó que para que los programas sociales sean exitosos en Guatemala deben ir acompañados de políticas públicas que garanticen inversión en salud, educación, generación de empleo y alimentación.
Ampliar la cobertura
Respecto de este último aspecto, Moreno indicó que para 2017 tienen previsto elevar el número de usuarios del programa de bolsa de alimentos a 30 mil, otorgando 10 recargas a las tarjetas de débito de los beneficiarios por un monto total de Q2 mil 500.
“Hasta el momento hemos entregado 6 mil 500 tarjetas y para finales de 2016 esperamos alcanzar las 14 mil y en marzo tener 30 mil usuarios, para después comenzar a realizar las mediciones y verificar la incidencia de este programa en la pobreza”, dijo el funcionario.
Elevar la inversión
Alejandra Contreras, analista del Instituto Centroamericano de Estudios Fiscales, entidad que elaboró el informe en coordinación con el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef), expuso que de 2006 a 2014 la pobreza infantil llegó al 54 por ciento, originada por la falta de bienestar en los hogares, principalmente en la población indígena.
Con relación a esta situación, Juan Quiñónez, especialista de Políticas Sociales de Unicef, dijo que han dialogado con la Comisión de Finanzas del Congreso para garantizar que el Presupuesto de 2017 incremente la inversión en niñez y adolescencia, pues en la actualidad solo se invierte el 4.4 por ciento del Producto Interno Bruto (PIB).
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