Apoyar a los emprendedores para que desarrollen sus negocios, desde la formalidad es el objetivo de la iniciativa de ley de fomento e incentivo al emprendimiento, que discuten los integrantes de la Comisión de Pequeña y Mediana Empresa del Congreso y el Ministerio de Economía, con el apoyo de la Superintendencia de Administración Tributaria, informó el diputado Claude Harmennin, vicepresidente de esa sala.
El proyecto que podría ser conocido a finales de este año en el Congreso, incluye entre otros aspectos, la creación de mecanismos que faciliten la inscripción de las empresas en el régimen de tributación, así como para la adquisición de créditos.
El parlamentario Jean Paul Briere, integrante de la instancia legislativa, manifestó que se pretende crear los incentivos para reducir la informalidad, en la cual se encontraría no menos del 80 por ciento de la fuerza productiva del país, lo que, a su criterio, generaría beneficios a todo el sistema económico y desarrollo local.
Por su lado, Ezrra Orozco, viceministro de Desarrollo de la Micro, Pequeña y Mediana Empresa (Mipyme), indicó que la propuesta busca ser un complemento de la Política Nacional Emprendimiento Guatemala Emprende y, a la vez, mejorar el acceso a financiamiento en el sector bancario, con el fin de generar, acelerar y consolidar negocios emergentes en el país.
Estrategia nacional
El 22 de junio del año pasado mediante el Acuerdo Gubernativo 150-2015, el organismo Ejecutivo aprobó la citada política, la cual consideró 5 ejes claves para tener una incidencia a nivel macro en materia de emprendimiento de 2015 a 2030.
Los lineamientos de esta estrategia de carácter nacional van dirigidos principalmente a apoyar la industria de soporte, es decir, las entidades que prestan asistencia técnica y acompañamiento a los empresarios; crear instrumentos de financiamiento y modernizar el sistema educativo.
“Considero que el Gobierno está anuente a implementar políticas que contribuyan a generar oportunidades de empleo, así como a reducir la tasa de desempleo y subempleo. La recomendación es que se debe medir el impacto de las estrategias”, expresó Ligia Orantes, consultora en Seguimiento y Asistencia Técnica Nacional del Programa Empleo Juvenil.
En la actualidad, los emprendimientos nacionales carecen de una red de apoyo que provea herramientas técnicas, financieras y de mercado, para evitar que mueran a temprana edad.
Con rostro joven
El Monitor Global de Emprendimiento (GEM, por sus siglas en inglés) en la edición 2014-2015 ubicó a Guatemala en el puesto 13 de 73 economías, resaltando que el 60 por ciento de los emprendimientos en una etapa temprana son llevados a cabo por jóvenes, o sea, personas que tienen menos de 35 años.
“Esta es una de las primeras y más importantes características que se han encontrado desde 2009, y refleja las escasas oportunidades que tiene ese grupo para encontrar y ubicarse en un empleo estable”, refiere el estudio publicado por la Universidad Francisco Marroquín, el año pasado.
Resalta que en Guatemala el 12 por ciento de la población se encuentra en una fase emprendedora en la que todavía no genera ingresos estables. Esta cifra es baja, en comparación con el 16.7 que tiene ingresos estables.
Guatemala es uno de los países con la tasa de emprendimiento temprano más alta del mundo, en el cual el 62 por ciento de los negocios son clasificados como nacientes. Sin embargo, también está en el ranquin de las naciones que posee los índices más altos de quiebra de organizaciones, afirmó el escritor Julio Zelaya, autor del best seller La Travesía: El Poder de Emprender.
De acuerdo con Javier Zepeda, director ejecutivo de Cámara de Industria de Guatemala, esta situación se debe a que la mayoría de guatemaltecos que comienzan un negocio lo hacen por necesidad, lo que eleva la tasa de fracasos.
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