A marzo, la cartera de préstamos en tarjetas de crédito se redujo en Q612 millones, en contraste con los Q125 millones que se dejaron de percibir en el primer trimestre de 2015, según el Monitor Económico del Departamento de Economía Empresarial, de la Universidad Rafael Landívar.
“Los datos revelan que ante el aumento del costo de uso del plástico, por el pago obligatorio de seguros y membresía, así como por la reducción del número de días de crédito sin recargo de intereses, los usuarios decidieron cancelar tarjetas adicionales que acostumbraban tener. Por lo que, el efecto inmediato de la vigencia del Decreto 7-2015, aunque por breve plazo, fue contraer la demanda”, explicó Guillermo Díaz, director académico de dicho departamento.
Proteger al prestamista
En ese sentido, Estefanía Luján, investigadora de la Universidad Francisco Marroquín, dijo que la Ley de Tarjeta de Crédito tenía como objetivo, proteger al prestamista de las instituciones bancarias, que cobran altísimas tasas de interés, y que encima hostigan a los beneficiarios por medio de llamadas, pero el efecto real que tuvo fue lanzar a los prestamistas, con menor ingreso, a los lobos, en lo que la regulación y normativa no pueden llegar.
Tendencia
Cifras de la Superintendencia de Bancos refieren que en marzo, período en el que cobró vigencia el Decreto 7-2015, el consumo por medio del plástico representó Q8 mil 268 millones 49 mil, lo que significó un alza de 1.34 por ciento, con el mismo período de 2015.
Respecto de estos datos, la consultora Pacific Credit Rating indicó que para 2016, el sector bancario muestra perspectivas de crecimiento estable.
Sin embargo, resaltó que existe incertidumbre por las restricciones sobre la emisión y uso de este medio de pago, que fija la nueva normativa, la cual fue suspendida el 31 de marzo por la Corte de Constitucionalidad (CC).
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