Cualquiera puede pensar y decir, eso no es nada nuevo en la Universidad de San Carlos, cosas peores se han dado.
Las redes sociales, los medios impresos y virtuales, los programas noticiosos y diversos en la radio y televisión, han informado, comentado y criticado la actitud de estudiantes de la Escuela de Ciencias de la Comunicación, en la Universidad de San Carlos, al convertir ese centro de estudios en una barra de espectáculos morbosos, que se salen de todo orden moral y ético, que obligará a las autoridades de ese centro de estudios superiores a tomar medidas drásticas para enmendar el desgaste que ha tenido.
La más antigua de las academias universitarias en Guatemala, de donde han salido grandes pensadores, ha sido víctima de redes mafiosas, corruptas, inmorales y acciones de libertinaje que rebasan la línea de la lealtad y principios filosóficos de enseñanza y aprendizaje. Cualquiera puede pensar y decir, eso no es nada nuevo en la San Carlos, cosas peores se han dado, es probable, con la diferencia que antes se quedaban entre las paredes universitarias, ahora ya no, la misma modernización tecnológica permite que ese tipo de escándalos ya no se queden en un circuito cerrado, sino salgan a la nube y la vean aquí y en cualquier parte del mundo.
Siempre que tengo oportunidad en cada curso que imparto le hablo a mis alumnos de la ética y moral, dos ejes que deben ser parte del que hacer de un individuo antes de actuar, la primera se lleva por dentro, es parte del valor sublime, de su yo interno, aquel que le habla y lo hace reflexionar si es correcto o no lo que va hacer o decir, y la segunda le pertenece a la sociedad, la que calificará si es bueno o no lo que está viendo de parte de la persona o grupo.
No cabe duda que en ese momento, esa noche de jolgorio no hubo principios, ni valores. Suficiente con analizar la respuesta del Honorable Comité de Huelga de Dolores, que sin dudar calificó los hechos como una tradición, y según ellos, llevan varios años celebrando de esta forma lo que alguna vez fue un espacio para el reclamo de las injusticias sociales. Aquí lo que expresaron textualmente: “nos molesta el tipo de señalamiento que estamos recibiendo por este tipo de actividades cuando tampoco resaltan las cosas buenas que hacemos”, dijo un miembro del Honorable a favor del Bikini Open que terminó en un evento XXX. (http://www.guatevision.com/el-honorable-defiende-a-capa-y-espada-el-show-xxx-en-la-usac/).
Entiendo la justificación, que la opinión pública no debería de decir nada de eso, sino resalta lo bueno que hacen. Absurdo, tonto. Aquí lo que queda es aceptar que atropellaron la falta de respeto al estudiantado honesto, correcto, con principios y con objetivos claros en su paso por un centro de estudios universitarios como la San Carlos. Ese mal ejemplo para la niñez y juventud debe ser corregido con una medida drástica y tajante. La expulsión de la universidad. Los malos elementos pronostican un futuro nebuloso para su vida, difícil de cambiar, si en su actuar no hay ética, no sabrán que es moral, y lo que viene será lo más desastroso que se pueda esperar.
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