Significa que su elaboración urge, para que la labor sea protegida y respetada por el Estado.
El Programa de Protección para Periodistas es necesario en nuestro país; durante el gobierno pasado se habló de él, lamentablemente nunca tuvieron participación las organizaciones de prensa que tienen su marco jurídico y que albergan a comunicadores sociales. Al parecer no se les tomó en cuenta, alguna razón habría, pero ahora la iniciativa de participar surgió de los gremios, siendo un buen paso, porque se trata de una herramienta, que más que un seguro de vida, sería un monitoreo en el peligroso desarrollo del trabajo.
Dentro de la arriesgada labor que los comunicadores realizan, enfrentan a aquellos que no quieren que sus acciones que destruyen la paz, sean divulgadas y la arremeten contra ellos, al extremo de asesinarlos o generar hostigamiento y persecución, como en el conflicto armado interno.
El 4 de febrero hubo una mesa de acercamiento de las organizaciones gremiales con la unidad de gobierno, que dentro del Estado, se encarga de las relaciones diarias con la prensa nacional. Es decir, el ente y los gremios periodísticos, que son los que deben negociar una herramienta como esa para involucrar a la institucionalidad en la necesidad de proteger a los actores de la comunicación, agentes multiplicadores de la Libertad de Expresión del Pensamiento
(Artículo 35 de la CPRG).
Cualquier otro intento que se haga o se haya hecho sin la presencia de las organizaciones que albergan al periodismo asociado y legalmente representando, no tendría valor, porque en la actualidad en cada departamento existen una, dos o tres asociaciones de periodistas que luchan por el respeto y defensa del gremio, que son las que deben ocupar una silla en la propuesta, discusión y analisis de un programa que a la larga a los únicos que beneficiaría, sería a los periodistas.
Es por eso que se le agradece a Alfredo Brito, actual Secretario de Comunicación Social de la Presidencia, por su afinidad como periodista y su comprensión en darle todo el respaldo a las representaciones periodísticas para iniciar la elaboración de ese plan, que debe ser tejido desde su origen por los comunicadores legítimamente representados en las organizaciones que nacieron en el siglo pasado.
La Asociación de Periodistas de Guatemala ya hizo público su agradecimiento por medio de una carta dirigida al licenciado Brito, por haber rectificado el procedimiento y metodología, y abrir una mesa técnica de periodistas que tratarán su Programa de Protección Gremial, porque como decía el ingeniero Rolando Archila, representante de la Cámara de Periodismo, no es correcto que se ponga a un ingeniero a realizar una herramienta de protección para los médicos.
El Programa de Protección al Periodista hace falta en Gua-
temala, la violencia que viven los comunicadores, se ha evidenciado más en los departamentos. Eso significa que su elaboración urge, para que la labor sea protegida y respetada por el Estado y que la misma institucionalidad le dé el lugar que le corresponde y proteja la vida de los actores que multiplican el mandato constitucional que fortalece la democracia guatemalteca.
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