viernes , 22 noviembre 2024
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Umberto Eco

“Las redes sociales le dan el derecho de hablar a legiones de idiotas”, fue una de las frases más famosas acuñadas por Eco en la era digital.

La semana pasada falleció en Italia, el pensador Umberto Eco. El mundo intelectual resiente su muerte, dado que, a sus 84 años, era una de las mentes más brillantes en las ciencias sociales, especialmente en la literatura y la comunicación. El maestro de maestros se ha ido al infinito.

Mi acercamiento con Eco fue por medio de sus libros, aquellos voluminosos textos que en primera lectura nadie comprendía por la sencilla razón de que, como universidades tercermundistas, carecíamos de las herramientas básicas de lectura y comprensión, así como de un código técnico derivado de la comunicación y muy especialmente de la semiología, ciencia que en los años setenta sentaba sus reales en Europa. El boom de la comunicación en aquel continente se vivía y analizaba a través del cristal de la semiología.

Pierre Guiraud, Georges Monin, Julia Kristeva, Roland Barthes, entre otros, formaban parte del entorno científico de Eco, a quienes aludía en sus textos para rebatir, reafirmar o ampliar sus conjeturas científicas. Los primeros libros del autor italiano “La Estructura Ausente” y “Tratado de Semiótica General” llegarían a mis manos en las postrimerías de los años setenta y donde partiría mi pasión por leerlo, estudiarlo y enseñarlo en las universidades.

En el ámbito literario me sumergí en su novela “El nombre de la rosa”, llevada al cine y disfrutada también en la pantalla grande. En el campo de la investigación tuve acceso a su libro “Cómo se hace una tesis” el cual contiene fundamentos que hoy poseen enorme vigencia.

Eco fue además, un crítico social de altos quilates en el campo de la comunicación. Siempre estuvo atento a los acontecimientos tecnológicos y científicos que acaecían en todo el mundo y sobre los cuales emitía su fundamentada opinión, a tal punto de generar en algunas corrientes de pensamiento una especie de “dogma científico”; si lo dice Eco, es cierto.

Este es, por cierto, el riesgo que corre todo pensador: o convences por la fuerza del argumento sólido, o por el efecto de fascinación y provocador que pueden producir tus ideas. Respecto al uso de las redes sociales, acuñaría aquella frase lapidaria que muchos recuerdan: “Las redes sociales le dan el derecho de hablar a legiones de idiotas”. ¡Uf!, en este tema se le acredita toda la razón del mundo.

El gran pensador italiano Umberto Eco se ha ido, pero nos ha dejado su legado intelectual: una veintena de libros entre los que destacan la novela, crítica literaria, análisis social, semiótica, arte en general y comunicación de masas. Como intelectual de primer nivel, tiene un lugar asegurado en la historia del pensamiento universal y un espacio muy especial en el corazón de quienes tuvimos acceso a algunos de sus libros; así mismo, aprender de su agudo pensamiento y reflexión, los principios de la que hoy suele llamarse, y con derecho a existir, la comunicología.

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