Tras 18 años de apoyar en las labores de seguridad ciudadana, el Ejército retirará hoy, 31 de marzo, a sus soldados de las calles.
Con esta decisión, tomada por el Consejo Nacional de Seguridad, se da cumplimiento a lo establecido en los Acuerdos de Paz, firmados en 1996. Esto permitirá devolver a los elementos militares a las fronteras, con el fin de reforzar su resguardo e impedir la comisión de delitos en esas áreas.
La medida se da después de haber fortalecido las capacidades de la Policía Nacional Civil (PNC), mediante su profesionalización en el combate de distintos actos ilícitos y la dotación del equipo y la tecnología necesaria para desarrollar su trabajo.
Este fortalecimiento se ha evidenciado con el incremento de agentes, cuyo número ronda actualmente los 40 mil, así como con la disminución de los índices delincuenciales, como los homicidios, secuestros y robos.
Los elementos castrenses ya solo tenían presencia en distintos municipios de Escuintla, Izabal, Chiquimula y Petén, pues desde el año pasado se inició su retiro.
Ahora, los militares tendrán la tarea de optimizar la seguridad en los puestos fronterizos, para evitar el tráfico de drogas, armas y mercadería ilícita; asimismo, con su presencia en esas zonas se busca impedir la trata de personas y la migración ilegal.
Tales acciones han sido bien vistas por distintos sectores, así como por el Gobierno de Estados Unidos.