Francisco (o Pancho, como le gusta ser llamado) y Mateo son dos hermanitos, de 10 y 6 años, respectivamente, a quienes el reciente fallecimiento de su mamá los obligó a salir a las calles y ganarse la vida lustrando zapatos.
Los pequeños quedaron al cuidado de su hermana mayor, una adolescente que también sale a trabajar para obtener el dinero necesario para atender las demandas del hogar, así lo contaron al agente Iván Zapet, jefe de la subestación de la Policía Nacional Civil en el municipio de San Pedro Soloma, Huehuetenango.
El uniformado se dijo conmovido por la historia de estos chicos, a quienes conoció hace 23 días, en el parque del lugar, cuando llevaban a cabo sus labores.
Una amistad especial
“Eran las 11:00 cuando los entrevisté, pues me llamó la atención verlos siempre juntos, y me estremeció saber que a esa hora no habían desayunado”, relató el efectivo, quien se dijo identificado con aquella escena, debido a que también tiene orígenes humildes.
Aquel día, Zapet invitó a sus nuevos amigos a degustar algunos alimentos, mientras se tomaba el tiempo para conocerlos mejor, ya que sintió la necesidad de ayudarlos.
Desde entonces, los infantes desayunan junto al policía, quien los busca aún en sus días de descanso, para asegurarse de que coman algo desde temprano.
“El menú es variado. A veces les preparo huevitos y frijoles, en una estufa de mesa que tengo en la subestación, y otras, compro pan tostado y mermelada”, manifestó el benefactor, e hizo hincapié en que los pequeños comen siempre lo mismo que él.
Lazos afectivos
Pancho, Mateo y el agente han desarrollado fuertes lazos afectivos, según vecinos y otros uniformados destacados en el lugar, quienes reconocen la labor de Zapet en favor de estos pequeños.
Sin duda, esta relación perdurará por mucho tiempo y el agradecimiento de los chicos quedará plasmado en la memoria de este hombre que ha ido más allá del cumplimiento de su deber, al mostrar su empatía ante el dolor ajeno. Acciones de este tipo se han replicado en distintos puntos del país, donde efectivos demuestran su lado más humanitario, al atender las necesidades de niños de escasos recursos, ya sea ofreciéndoles alimentos o implementos para su recreación.