Las cooperativas contribuyen al empoderamiento de las mujeres.
Tanto en el ámbito nacional como en el escenario internacional, se reconoce “la importancia de las cooperativas como asociaciones y empresas en las cuales los ciudadanos pueden mejorar eficazmente su vida y al mismo tiempo contribuir al progreso económico, social, cultural y político de la comunidad y la nación” (directrices del Consejo Económico Social de la ONU). Esto es así porque se ha demostrado que es una forma de organización democrática y autónoma mediante la cual sus miembros ponen en práctica mecanismos de autoayuda y responsabilidad compartida para alcanzar objetivos económicos, pero también sociales y ambientales, para superar la pobreza, generar empleo productivo y fomentar la integración social.
Por lo tanto, el Estado debe propiciar un entorno en que las cooperativas puedan participar en igualdad de condiciones con otras formas de empresa, y así alcanzar sus respectivas metas. Las políticas públicas deben proteger y promover el potencial de las cooperativas de ayudar a sus socios a alcanzar sus metas individuales, y así contribuir a las aspiraciones más amplias de la sociedad. Pero la eficacia de las políticas depende de que se considere el carácter específico de las cooperativas y del movimiento cooperativista, que es diferente del de otras formas de asociación y de otras organizaciones empresariales que no responden a los mismos valores y principios. El movimiento cooperativo tiene una larga data en Guatemala; se originó en 1903 y cuenta con casi 1 millón y medio de afiliados. En abril de este año, el INACOP reportaba 1 mil 994 cooperativas, siendo 802 de ellas de tipo agrícola y 493 de ahorro y crédito. Según CONGCOOP, las cooperativas generan no menos de 700 mil empleos y más de 3 mil 400 millones de dólares en ingresos anuales, lo que representa el 7.3 por ciento del Producto Interno Bruto. Puede decirse que entre las cooperativas y las remesas que mandan nuestros connacionales a sus familias se constituye una sexta parte de dicho producto.
Además de trabajar en todos los campos de la economía, desde la agricultura, café, hortalizas, hasta el área forestal, la vivienda, la pesca y, ahora, incursionando en la promoción de empresas hidroeléctricas, hay otro elemento importante. Las cooperativas contribuyen al empoderamiento de las mujeres, que constituyen un significativo porcentaje de las mismas.
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