Durante 11 días, del jueves 13 al domingo 23 de julio, inclusive, se realizará la Feria Internacional del Libro en Guatemala, en su versión decimocuarta, dedicada a los 50 años de otorgarse el Premio Nobel de Literatura a Miguel Ángel Asturias Rosales, también llamado Moyas o el Gran Moyas. En nuestro mundo contemporáneo lleno de inmediatez, el libro es un acertado amigo en el que se refugian ideas, relatos, recuerdos, fantasías, entre otros, yuxtapuestos con nuestras propias vivencias, sueños, ansiedades, conocimientos o componentes por descubrir.
“Cada libro es un amigo”, nos recordaban con insistencia en las clases de literatura. Algunos pensaban que era una pérdida de tiempo. Otros, cuando conocimos el universo que se encuentra entre las cubiertas de sus páginas y aprendimos a hacer ejercicios de lectura, de comprobación de lectura, como parte del juego del descubrimiento de las entrañas de su mágico contenido. Lo valoramos. Así, hay libros que se leen y se vuelven a leer, y al paso del tiempo, se le descubre un aspecto inadvertido hasta entonces.
La lectura como placer no es aquella que se mide por la cantidad de ejemplares iniciados y concluidos. Es aquel gusto que se encuentra en la degustación de las ideas que propone, la inquietud que despierta la trama encerrada en sus propios códigos, que nos lleva, nos transporta a imaginarios posibles con la fuerza de nuestra propia visualización. Ahí el éxito mayor o menor de algunos autores.
El mundo actual, es un conjunto de situaciones marcadas por la prontitud. Las noticias a un clic. Las reacciones a un clic. Otras novedades a un clic. Nuevos avisos a un clic. Todo con esa rapidez impuesta por la velocidad de los procesadores. Antes la conexión de las ideas estaba determinada por la capacidad de construirlas a partir de las habilidades para entremezclar experiencias con situaciones imaginarias. El conector partía del cerebro del autor y llegaba a una de sus manos. La escritura proveyó esa magia y la convirtió en lo mágico-realista.
Luego, la máquina de escribir aceleró el proceso. Ambas manos sobre el teclado, corrían ante el flujo de lo ideado en la mente del autor o autora. Las descripciones volaban vertiginosas. Hoy, el pánico por el “papel en blanco”, es sustituido por una página virtual en blanco. En ese entretelón, a partir del 13 de julio se podrá entrar en contacto con cientos, miles de obras. Autores de todo tipo de disciplinas y pensamientos afines.
Este año la Feria Internacional del Libro no se albergará en las instalaciones de otros años. Ahora estará en el Fórum Majadas, allá en la zona 11. La población del país lee poco, pero ya lee. Ahí está la ganancia.