Un pueblo que entra en contacto con los libros allana el camino al desarrollo y la consolidación democrática.
En 10 días comenzará en el Parque de la Industria, la Feria Internacional del Libro en Guatemala (Filgua), edición 2016.
Este evento es el décimo tercero. La Feria, desde sus inicios, es promovida por la Gremial de Editores y el apoyo de muchas personas, empresas y un equipo de voluntarios y profesionales en la divulgación y promoción cultural. En el desarrollo de sus actividades se crean espacios para abordar diversos temas, generar nuevas expectativas, intercambiar opiniones y, principalmente, dar a conocer las obras impresas y en muchos casos a sus autores.
El libro es el producto directo de la imprenta, ese maravilloso invento que llegó a nuestro país en 1660, traído por Fray Payo Enríquez de Rivera. El primer libro impreso en Guatemala fue Explicatio apologética cuyo autor es precisamente Enríquez de Rivera. Fue impreso por José de Pineda Ibarra, en Antigua Guatemala, que en aquel entonces se denominaba Ciudad de Santiago de los Caballeros de Guatemala. La primera producción de libros aquí tenían el carácter religioso católico: novenas, devocionarios y catecismos. Paulatinamente se inició la impresión de trabajos académicos como las tesis universitarias, toda vez que la Universidad de San Carlos de Guatemala fue fundada 16 años después del arribo de la imprenta al país (el 31 de enero de 1676).
En la Feria Internacional del Libro no se realiza únicamente la exhibición de los impresos. Hay sesiones de lectura, presentación de obras y sus autores, debate sobre la problemática contemporánea, temas de niñez, franjas de actividades de mujeres, la generalizada preocupación por el deterioro constante del medioambiente, el ejercicio ciudadano y la participación colectiva sobre la base de información, discusión, debate y consensos. La Filgua es un punto de encuentro y un feliz punto de partida en la construcción de una mejor e informada sociedad.
Editores y propietarios de librerías hacen un esfuerzo por llevar el libro a descuentos y costos accesibles, aunque en obras recientes no es tan fácil cumplirlo. El Estado de Guatemala, por medio del Congreso de la República, podría promover una iniciativa de ley que tienda a disminuir la carga impositiva a la importación de libros; con ello, la divulgación de nuevas ideas y las múltiples consideraciones de nuestra compleja problemática, que es similar a la de otras latitudes, encontraría un amplio espacio para el intercambio y búsqueda de soluciones comunes. El mundo ahora está interconectado.
Hace unos 20 años, el Banco de Guatemala acuñó la frase emblemática: “Un pueblo que lee es un pueblo que progresa”. No hay discusión en ello. Un pueblo que entra en contacto con los libros, sus autores, sus promotores, sus editores es un pueblo que allana el camino hacia el desarrollo y la consolidación democrática con toda certeza. Espero estar en la inauguración y si no, en esos 10 días que durará la Filgua poder saludarles. Un libro es un amigo que espera la oportunidad para ser conocido y valorado.
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