Con el propósito de generar espacios de análisis y compromiso hacia la población adulta mayor, la Asamblea General de la Organización de las Naciones Unidas declaró el 1 de octubre como el Día Mundial de las Personas Mayores, fecha para concienciar sobre la discriminación que viven las personas adultas mayores y erradicar las ideas falsas del envejecimiento. Un sector altamente excluido y marginado de toda política de Estado, no obstante, haber aportado al crecimiento de los distintos grupos sociales en la época productiva de su vida, apartados, no solo por parte de la sociedad en general, sino también en su familia.
En las antiguas civilizaciones y aún en los pueblos indígenas actuales, se contempla al adulto mayor como una fuente de sabiduría, e inclusive, en muchas comunidades se cuenta con el alcalde Rezador, el Comité de Principales, quienes se constituyen en los consejeros de la comunidad, por lo que son ampliamente respetados y tomados en cuenta para la resolución de temas que afectan a toda la comunidad, pero en las sociedades modernas se les margina, excluye y se les tilda de improductivos.
En Guatemala existen no menos de 600 mil adultos mayores, quienes en un baja proporción aún participan en actividades laborales, pero la mayor parte se encuentra recluida en sus hogares sin mucha actividad y, en un porcentaje muy significativo, abandonada en asilos, en donde no precisamente se le brindan los mejores cuidados, a pesar de ello, las familias prefieren tenerlas en estos lugares y librarse de la responsabilidad de su cuidado y manutención.
Las actuales políticas y programas de Gobierno, nos enseñan que después de los 60 años, todos debemos optar por la jubilación, que si logramos cotizar al seguro social o el pago del montepío, tendremos la suerte de contar con un apoyo económico que cubrirá cierta parte de nuestras necesidades y no ser una carga familiar. Hoy vemos cómo las constructoras y entidades que promueven la vivienda, impulsan proyectos habitacionales que ya no toman en cuenta a los adultos mayores, porque ofrecen viviendas que contemplan áreas para un matrimonio y 1 o 2 hijos que logren procrear, lo que deja afuera a los padres del matrimonio.
La segunda Encuesta Nacional de Discapacidad, –Endis 2016– cuyos resultados fueron presentados recientemente por el Conadi, INE, Unicef y CBM Internacional, revela que el 26 por ciento de la población arriba de los 50 años tiene alguna condición de discapacidad, por lo que las personas de mayor edad, en su mayoría tendrán una deficiencia física, mental, intelectual o sensorial, que demanda, por supuesto, cuidados y atenciones especiales que estamos obligados a proveer. Existe el Comité Nacional del adulto mayor adscrito a la Secretaría de Obras Sociales de la Esposa del Presidente, pero se desconoce exactamente las acciones que ejecuta a favor de este sector.