La discapacidad auditiva limita de manera significativa.
La Organización Mundial de la Salud, estima que en el mundo existen aproximadamente 360 millones de personas con discapacidad auditiva, el 80 por ciento adultos y el 20 por ciento niños, quienes experimentan pérdida de la audición por diferentes circunstancias: por razones genéticas, infecciones crónicas, enfermedades no tratadas oportunamente, accidentes y la exposición a ruidos excesivos, este último caso se da especialmente en jóvenes; asimismo, la OMS indica que por lo menos un 60 por ciento de las causas de sordera son prevenibles.
Un 80 por ciento de quienes tienen una deficiencia auditiva, vive en los países con menos desarrollo y en general, en los sectores sociales más pobres, dado a que la condición de discapacidad regularmente está asociada a la pobreza, sin contar con mayores oportunidades, más que el limitado apoyo que es capaz de ofrecerle su entorno familiar, lo que repercute definitivamente en sus posibilidades de participación en la vida activa y productiva de su comunidad. La discapacidad auditiva, limita de manera significativa entre otras cosas el campo de la información, debido a que el mundo basa su comunicación a través de la voz y por medios escritos, lo que aísla a las personas sordas, no solo porque no pueden escuchar lo que se les transmite, sino porque muchas veces no leen los mensajes, pues en su mayoría no han podido asistir a la escuela, fenómeno que trasciende en todos los campos de la vida. Existen dos formas de comunicación con las personas sordas: de manera oral o a través de la lengua de señas. El oralismo, fue la técnica con la que se inició la educación y rehabilitación de las personas sordas, la que requiere una pronunciación correcta de las palabras; la lengua de señas es una forma de comunicación ideada por los mismos interesados, sistema que fue perseguido por maestros y rehabilitadores, quienes pretendían imponer el oralismo.
En Guatemala y en muchos países hubo opositores a la práctica de la lengua de señas, e inclusive se supo de personas e instituciones que castigaban a las personas sordas por utilizar las señas como medio de comunicación, a los niños se les pegaba y hasta se les amarraban las manos, a efecto de que no pudieran utilizar las señas para transmitir sus inquietudes y necesidades; sin embargo, la comunidad de personas sordas se fue imponiendo gradualmente.
Para recordar y conmemorar la reivindicación de sus derechos, este colectivo se ha organizado en todas las naciones del mundo, llegando a constituir la Federación Mundial de Sordos, organismo que declaró en 1958 el Día Mundial de las Personas Sordas el 29 de septiembre, por lo que veremos en los próximos días eventos relacionados con esta fecha, pero lo más importante de todo es que las sociedades se solidaricen con las demandas de este sector y piensen cómo apoyar su causa y ser comunidades incluyentes para las personas sordas.
