Diana Herrera
Las zonas francas hoy en día no solo significan atracción de inversión, también se traduce en la oportunidad de convertir
lugares en ciudades inteligentes, con ayuda de la tecnología y el uso sustentable de los recursos. Convertirse en ciudades inteligentes es encontrar sinergia en el medioambiente, la movilidad, la infraestructura, sus habitantes y desarrollo de nuevos sectores económicos.
Camino al volcán Pacaya se encuentra el centro industrial Michatoya Palín, el cual tiene un potencial enorme, al poder fortalecer el acceso a empleo directo como indirecto a la comunidad de San Vicente Pacaya. Es conocido que los pobladores del lugar viven también de los ingresos que perciben del Parque Nacional Volcán Pacaya, pero también una zona industrial ofrece que las capacidades del recurso humano de la comunidad pueda especializarse y tener otras oportunidades de desarrollo.
Las zonas francas representan una oportunidad como destino atractivo para empresas que busquen reinstalarse, aprovechando las ventajas que ofrece el país.
La creatividad para lograr productividad en una zona industrial recae en la diversidad de cómo los territorios en los que sitúan las empresas están compuestos desde su población, medioambiente, potenciales turisticos, etc. Sin embargo, en las zonas industriales existe un potencial en crecimiento que es el comercio digital, y cada vez se exige mejor infraestructura para que en los lugares alejados se tenga un acceso de calidad de internet y de otros servicios digitales. Las zonas francas son ecosistemas del comercio internacional llamadas a liderar la Cuarta Revolución Industrial. Esto consiste en el uso de tecnologías disruptivas, como el uso de la nube, sistemas automatizados para la entrada y salida de mercancías, aduanas sistematizadas y sistemas de reconocimiento para el seguimiento de transportes y mercancías. También permitiría transacciones financieras de forma segura y confiable, protección de datos y eficiencia en la transparencia de la información para ser proporcionada a terceros.
No obstante, existen desafíos, y uno de ellos es el desarrollo sostenible. La Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible brinda una oportunidad para un nuevo modelo que busca atraer inversiones en actividades relevantes para los Objetivos de Desarrollo Sostenible, adaptando altos estándares de factores ambientales, sociales y de gobernanza, para promover el crecimiento inclusivo. Las zonas francas ayudan a la relocalización de las cadenas de valor, y representan una combinación importante entre la tecnología, especialidades técnicas y elementos educativos y de insfraestructura en los territorios en donde recibirán estas inversiones.