A cien días de materializarse el Brexit, la confianza política y comercial entre el Reino Unido y Unión Europea ha tenido dificultades en temas comerciales y aduaneros.
Las dificultades se han visto reflejadas en cifras económicas a la baja en materia de exportación de productos como alimentos y químicos. Sin embargo, entre la región británica de Irlanda del Norte y la Isla de Gran Bretaña se han establecido nuevos requisitos aduaneros, los cuales se mantienen como uno de los principales focos de tensión tras el Brexit.
No obstante, el impacto en las importaciones es menor debido a que el Reino Unido ha aplazado hasta 2022 los controles a las mercancías que llegan al país desde la UE, precisamente para tratar de amortiguar el golpe económico del Brexit.
Esto nos indica que se deben suavizar las fricciones ante el nuevo modelo comercial instaurado en la Unión Europea con el Reino Unido, sobre todo de cara a la obtención de vacunas. Una de las salidas que se han planteado es atrasar los requisitos y controles aduaneros por más tiempo; no obstante, esto podría ser interpretado como falta de voluntad en respetar las negociaciones que se hicieron anteriormente.
A pesar de extender los periodos de gracia de manera unilateral, tampoco sería una salida correcta, ya que habría una ruptura técnica del Protocolo, pero los expertos en economía política indican que ambas partes todavía están dialogando para hacer funcionar la política operativa de la salida del Brexit.
Uno de los casos que nos pueden explicar esta tensión comercial es el Bienvenido al Brexit, que le hicieron a un camión cargado de sándwiches de jamón y queso, siendo su mercadería confiscada por los policías aduaneros en UE porque, en las nuevas reglas, un ciudadano del Reino Unido no puede introducir lácteos ni carne.
A pesar del Brexit, se mantienen amplios intereses comunes entre UE y el Reino Unido, en ámbitos como el cambio climático y las relaciones internacionales con Rusia, China y los países de Oriente Medio.
Al mismo tiempo, se levantan suspicacias sobre al velocidad de vacunación entre ambos países, lo que ha generado intercambios desafortunados sobre “posibles vetos” a las exportaciones de vacunas. Y también los comentarios de las posibles mudanzas de empresas transnacionales a otros centros financieros más atractivos; en este caso, Francia tiene una oportunidad única que debe aprovechar cuando las empresas migren del Reino Unido a su centro financiero internacional. Sí, la ciudad del amor, la bella París.
