Cuando hablamos de innovación, es inevitable no pensar en Silicon Valley y sus emprendimientos asociados con carros inteligentes sin conductor, drones que reparten pizza y otros bienes materiales, hasta robots que estarán a nuestro servicio algún día. Sin embargo, de las muchas definiciones de la palabra, me refiero que innovación es hacer algo nuevo y original, solucionando una necesidad o creando una mejora de la sociedad. Esto pudiera ser nuevos productos o servicios, que es lo más importante para las empresas y para los emprendedores, pero también y, lo más importante, ¿cómo nosotros desde el ámbito en que trabajamos, en este caso personas comunes que desarrollamos nuestro trabajo desde un escritorio, podemos hacer innovación? La respuesta es simple, hay innovación también en procesos o en las formas de hacer las cosas, así como nuevas formas de organización de las relaciones entre personas.
Las innovaciones pueden clasificarse en dos tipos: las disruptivas, que son las que perpetúan una nueva tecnología, por ejemplo las empresas de movilidad inteligente o como las nuevas opciones para hospedarse. También están las microinnovaciones, o mejoras pequeñas a formas existentes de hacer las cosas, como por ejemplo mejorar algún empaque de un producto para prolongar su fecha de expiración. Pero, ¿por qué es importante la innovación para un país? Existe una clara correlación entre capacidad de un país de innovar y su desarrollo de capital humano y económico. Desde hace casi una década, se comenzó a medir el Global Innovation Index, a fin de estimar la generación de innovación en los países. En ese sentido, existen varios factores que facilitan el éxito en la generación de ideas y proyectos innovadores, siendo el primero permitirse equivocarse, ¿a qué se refiere? Pues, permitirse equivocarse es perder el miedo al fracaso. Guatemala es un país conservador, y la presión social por el retorno seguro de la inversión o tiempo es muy alta, donde el que se equivoca o fracasa es señalado, y no se ve como un aprendizaje. El otro factor son las condiciones para llevar a concretar y a ejecutar una idea.
En Guatemala sí es posible generar innovación, y por qué no también innovación disruptiva. Un Ejemplo de estos son el Campus Tec o Collision Factory, que con éxito están facilitando el camino al emprendimiento en el país. También todas las iniciativas de economía naranja en el país, y los eventos nacionales que apoyan a la innovación los cuales en su mayoría son gratuitos, y se requiere de un registro para empezar a formar comunidad, los cuáles son aprovechados para realizar contactos y permitir vincular a más emprendedores, académicos y otros profesionales a la ola de la innovación. El Innovation Forum, realizado ayer por parte del Programa Nacional de Competitividad, fue el escenario para generar un cambio de mentalidad para elevar el movimiento de la innovación a nivel nacional, un evento sin dudas que contribuirá a la creación de más ecosistemas funcionales.