Duele realmente, ver cómo se saca provecho de las necesidades de las familias.
Miles de guatemaltecos están expuestos a prácticas de ventas agresivas y fraudulentas sin control de las autoridades.
La frase “no hay tal cosa como un almuerzo gratis” connotación acuñada por Milton Friedman, tiene una vigencia atemporal que es increíble. El término de Friedman se refiere que cualquier beneficio siempre cuesta, así lo paguen otros. En Guatemala ha surgido la lotería del amigo en los mercados, se continúan con prácticas agresivas en ventas, y propuestas de inversión también fraudulentas. ¿A qué prácticas me refiero? Pues a aquellas que juegan con la honestidad del guatemalteco trabajador, que se esfuerza diariamente para llevar el sustento a su casa con salarios precarios para la clase baja y media popular, y que aún estas “células fraudulentas de negocio y ventas” quieren sacar provecho al venderles una utopía al estilo cuchillo en garganta.
Para poder escribir esta columna, acepté una invitación sabiendo preconcebidamente que no iba comprar nada, iba más bien para hacer estudio de campo en técnicas de negociación, una manera barata no gratis, porque invertí más de 90 minutos de mi valioso tiempo, en una negociación en la cual gané. Llego a un hotel en antigua, y te reciben con tus vales de almuerzo, y brazalete para usar las instalaciones, allí todo bien, pero te das cuenta de que las personas que atienden carecen de atención al cliente, y se muestran agresivas, estresadas y nerviosas. Me dio mucha tristeza que a este tipo de ventas, vienen familias con hijos a ser parte de este engaño, a cambio de que sus hijos pasen un momento alegre en una piscina y almuercen en un hotel de cinco estrellas. Duele realmente, ver cómo se saca provecho de las necesidades de las familias.
Entonces, luego a uno le asignan una hora para la charla, la cual es personalizada no masiva, en un salón a parte del hotel, donde los vidrios están polarizados, y hay una ventana espejo que al parecer el operador de esta célula observa detenidamente el proceso.
La técnica invasiva de venta es adaptarse al presupuesto que usted desharía pagar para unas vacaciones soñadas, y que se decida a quema ropa si se convierte en socio, no tiene oportunidad de cotejar la información, verificar si la empresa es legal, lo cual uniendo los puntos nada más puedo concluir que estaba siendo víctima de estafa.
No es que me la haya pasado bien, porque el ambiente es feo, más bien aplique el “moldea el juego que quieres jugar”, me hubiera gustado poder rescatar a las otras familias, ojalá que hablar fuerte haya sido suficiente para que mis argumentos fueran utilizados para defenderse de esta secta. Continuará…