” No hay hechos, sino interpretaciones. “ Friedrich Nietzche.
Los contenidos repetitivos y sin cuestionamientos tienen la capacidad de triunfar en su posición, ante la falta de diversidad de criterio, y contra posiciones que den origen a otras interpretaciones. Por eso, ante una coyuntura difícil, lo más importante es tener cabeza fría, reflexionar, y sobre todo, tener la capacidad de evaluar otras interpretaciones. Como profesional, antes de ser guiados por la emotividad, debemos tratar al menos hacer ejercicios que nos permitan incluir criterios de racionalidad. Citar a Nietzche en estos tiempos, permite reflexionar que las versiones únicas son producto de la creación, de un consenso, un aquí y un ahora, con el entendido de que la racionalidad de la realidad, como tal, se encuentra influenciada directamente por las variadas interpretaciones de determinados individuos en la sociedad, muchas veces también afectadas por su juicio de ética, distorsionando el hecho, alejándonos de la realidad para llevarnos a una falacia que los individuos toman como verdadera.
Quisiera sacar a colación una experiencia personal, en mi trabajo logré darme cuenta en una gestión bajo mi cargo, que un proveedor nos estaba mintiendo, dándonos documentos falsificados para decir que todo marchaba bien y en el tiempo estimado, obviamente el responsable de recibir estos documentos solo los archivaba sin leer los detalles, obviando lo obvio cómo muchos dirían. Antes, de reportar este hecho, me tomé la tarea de evaluar la otra parte, y efectivamente cuando realicé la faena, el documento que nos enviaron de un trámite estaba alterado. Inmediatamente empecé a reportarlo, pero alguien me dijo: “¿Ya preguntaste sobre las diferentes versiones de los hechos?”, y le comenté que sí, pero mi interpretación apuntaba a que el proveedor nos mintió al presentar un documento alterado para decir que todo estaba bien con las fechas, quería hacer valer mi posición, pero se tomó como una falta pequeña y se continuó. Claro, de aquí salen muchas interpretaciones, desde mi culpa, porque carezco de falta de capacidad de influencia y no hice valer un punto sobre ética, o que el proveedor se salió con la suya, pero ninguna de esas variables aplicaba. En fin, la verdad probada con hechos triunfa, ese mismo proveedor volvió a dar problemas mayores, no enmendó la plana, y ahora se tomó la decisión finalmente de prescindir de sus servicios. Muchos dirán que yo cumplí con mi trabajo y ya estuvo, también aprendí que debo interpretar varios criterios antes de tomar una decisión contundente, que pueda afectar inclusive a personas que pueden ser injustamente despedidas por culpa de una persona que no hizo bien su trabajo, antes de crear una bola de nieve que se convierta eventualmente en una avalancha, es necesario hacer la reflexión y bajar el nivel de espuma de nuestro chocolate. “Lo mejor que puedes hacer es lo correcto, la mejor cosa siguiente es lo incorrecto y lo peor que puedes hacer es nada”. Theodore Roosevelt.