Disfrutar de los días largos soleados en una Berlín Cosmopolita, que guarda no solo historia, sino también memoria colectiva.
Pasear en las “tardes largas” de verano en Berlín con ropa ligera y
gafas de sol, son momentos únicos, y de cierto toque de suerte. El día se abre paso para poder disfrutar sus calles llenas de historia y de su gente en esa época especial que nos envuelve en una atmósfera con un toque exquisito de la famosa “Eau de Cologne 4711”.
Y vaya, es un consejo que salga debidamente perfumado y no se olvide del desodorante, ya que deberá caminar aproximadamente de 7 a 10 minutos para llegar a una estación de metro y poder movilizarse en un transporte público eficiente. Es una ciudad no apta para tacones, y para muchos de nosotros guatemaltecos son experiencias contadas, habituados a movernos exclusivamente en vehículo, y la mayoría no conoce otra forma de movilización en la ciudad, situación que nos vuelve apáticos día a día, al no estar en contacto con otra gente (básicamente no estamos conviviendo en sociedad). Además, nos está enfermando de estrés cotidiano por el tráfico, donde ni el waze ni la doble por cuatro nos salva del tráfico gt.
En fin, recorrer una ciudad donde se encuentra rápidamente la lógica para usar la red de transporte público, gracias a la creación de una útil app BVG que nos traza de manera simple las rutas, y el tiempo de movilización, el cual solo puedo resumirlo que es una maravilla. No obstante, Berlín es una ciudad que enamora, y nos lleva a muchas reflexiones, sobre todo de convivencia social, y relativo a la memoria histórica.
Primero, usted no observará a una Policía intervencionista, es decir, estará allí, pero no es agresiva, por el simple hecho que confía en los ciudadanos y, por ende, también confía en el comportamiento del turista. Un ejemplo, usted bien podría no pagar el boleto para movilizarse y hacerse como “el vivo”, mal comportamiento chapín que debemos erradicar porque no fomenta el respeto y la convivencia pacífica en sociedad; pero volviendo al tema, no espere un control estricto de su ticket, porque la confianza y fomento de la cultura ciudadana es primero.
Segundo, usted tendrá la experiencia de ver iglesias históricas que no fueron reconstruidas, para que tuvieran la función de recordar los horrores de la guerra y perpetuar la memoria histórica, si por fin la memoria histórica es un término que reivindica y no se dice en silencio, sino se promueve como un valor, un patrimonio intangible de la sociedad. Ahora bien, llegamos a otros de los temas candentes y que aún al chapín le cuesta comprender, es lo relativo al consumo legal de la mariguana, y la venta de juguetes sexuales en tiendas de conveniencia.
Me acuerdo en esos días, que grupos radicales pedían quitar la bandera de la diversidad sexual de las instituciones públicas, y en tan solo días en Alemania aprobaron el matrimonio igualitario, así que el tema del siguiente miércoles es la tendencia de la “permisividad” de las sociedades, que se traducen en pasos evolutivos en derechos y libertades humanas siendo plasmadas en leyes nacionales.