Sanders: “No es un secreto que Hillary y yo discrepamos en muchas cosas, de esto ha ido la campaña, de esto va la democracia”.
Bernie Sanders y Michelle Obama fueron los principales bastiones que confirmaron su apoyo a Hillary Clinton, siendo la primera mujer en ser nominada a candidata presidencial por el partido demócrata en la carrera a la Casa Blanca. La unidad nos hace más fuertes, la familia primero y el próximo Presidente debe ser una persona ejemplar fueron los principales puntos del discurso emotivo de la primera dama.
Lejos quedaron las asperezas entre Hillary y Michelle en cuanto a la estratégica postulación de Barack Obama en aquel entonces, en el que las rivalidades se dieron principalmente por la operadora estrella de Obama: su esposa, cuyo discurso e influencia hizo quitarle los principales apoyos a Hillary y pasarse del lado de Obama. Quedó demostrado cuando mencionó que “Hillary Clinton nunca ha renunciado a nada en su vida”. También agregó que “cuando Hillary Clinton no ganó la nominación hace 8 años, no se enfadó ni se desilusionó. Hillary no hizo las maletas y volvió a casa, porque como una verdadera servidora pública, Hillary sabe que esto es mucho mayor que sus propios deseos y decepciones”.
El discurso de Michelle Obama fue el sello de oro de la convención, y como entre mesa fue uno de los principales adversarios en la postulación demócrata, Bernie Sanders. Él fue uno de los candidatos favoritos de los hispanos, principalmente universitaria, con sus ideas sobre revolución política, entendido como subir el salario mínimo, reforma educativa y migratoria. A pesar de las diferencias con Hillary, lograr que Sanders hiciera un discurso para calmar los ánimos de partidarios descontentos, fue la cereza de la Convención. Las palabras de Sanders: “Todo el mundo sabe que tengo diferencias con Hillary Clinton. No es un secreto. Pero unidos produjimos la plataforma más progresista en la historia del Partido Demócrata”, y la presentación de Donald Trump como el candidato del “divisionismo” posicionaron a Hillary como la candidata que comprende la diversidad de la unión, que los hace más fuertes como nación.
Sinceramente, como guatemalteca comparar la cultura política partidaria de este país con el nuestro me es inevitable, sobre todo, cuando estamos en plenas reformas a la Ley de Partidos Políticos en las que la paridad de género ni siquiera es sometida a discusión, como una manera de democratizar los partidos. En Estados Unidos, ahora las grandes figuras son mujeres, aquí en Guatemala hay mujeres excepcionales, pero los espacios son limitados. Se deben generar, más que penalizaciones o cuotas fijas, incentivos para que los partidos cambien su cultura y se premien a aquellos que involucren más mujeres en los principales cargos es una tarea como sociedad, no solo pedir, sino apoyar y renovar para que el liderazgo político incluya más mujeres que guíen a nuestro país. Necesitamos liderazgos que impacten la vida de los niños guatemaltecos, principalmente de las niñas, enseñarles que sí se puede llegar lejos en este país.
Deja un comentario