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Guatemala en 1944

Antes de la Revolución del 44, el país vivía parte de una realidad que involucraba el resto de la región

Colaboración: Aníbal
Chajón Flores (Cegeg-Usac)
Fotos: Universidad Francisco Marroquín y Pueblo conoce tu historia

La conexión más importante fue con Estados Unidos, donde, desde 1929, se vivía la Gran Depresión, que afectó Alemania y, por lo tanto, a Guatemala, pues eran esos dos países los que compraban los productos guatemaltecos. Más cerca, en El Salvador, los campesinos padecían de un sistema de trabajo idéntico al de Guatemala: al final de la cosecha, se reportaba que cada trabajador le debía a la finca, por lo que no recibía salario sino granos básicos como “anticipo” del salario del siguiente año. Así, las fincas no gastaban en sueldos.


Un político comunista salvadoreño demostró a varios campesinos de su país que eso no era posible, la muestra era que los finqueros tenían casas palaciegas y muchos lujos. Con esto, organizó una sublevación de cientos de campesinos que derivó en una reacción violenta por parte del Gobierno, en 1932. Hubo millares de víctimas. Para evitarlo en Guatemala, en 1935, el presidente Jorge Ubico decretó la supresión de las supuestas deudas de las fincas y estableció el pago de salarios. Para demostrar su trabajo, los campesinos sin tierras propias debían trabajar una cantidad mínima de días al año.


Con dinero en efectivo, por primera vez en más de 60 años, los campesinos pudieron comprar en los lugares que les parecieron más convenientes y ahorrar. Los efectos fueron inmediatos. Ese mismo año, se recuperó la economía del país, a partir de fortalecer el mercado interno. Estados Unidos no logró recuperarse hasta 1939, cuando empezó la Segunda Guerra Mundial y el Gobierno inició la compra de armas a las fábricas de ese país, por temor a Alemania. Esto generó nuevamente empleo y consumo, así como las compras a Guatemala.


Durante la guerra, el Gobierno estadounidense promovió que sus empresas compraran los productos de América Latina para impedir que se volcasen hacia Alemania. El temor era en tres países donde empresarios alemanes controlaban buena parte de la economía: Argentina, Brasil y Guatemala. El caso de Guatemala era importante por su posición estratégica: a medio camino entre Estados Unidos y el Canal de Panamá. En 1941 Japón atacó Pearl harbor, Hawái, y la potencia norteamericana entró en el conflicto.
Estados Unidos instaló bases antiaéreas en el puerto de San José, Puerto Barrios y la capital porque si los japoneses intentaban atacar Panamá debían pasar sobre espacio aéreo guatemalteco. Por otra parte, en 1942 más de 300 buques estadounidenses fueron hundidos en el mar Caribe al viajar hacia o desde el Canal. Si había un ataque a Panamá, el Ejército de Guatemala debía desplazarse y el país quedaba bajo la protección de sus jóvenes, por eso se militarizaron las escuelas secundarias. Pero la campaña estadounidense era acabar con dictadores autocráticos que no favorecían la democracia, justamente como Ubico. Así que su figura empezó a recibir serias críticas. En mayo de 1944, en El Salvador, el presidente enfrentó oposición y manifestaciones populares. Como era de esperarse, reaccionó con violencia. Entre las víctimas mortales estaba un adolescente estadounidense. Así, para evitar una invasión a El Salvador el gobernante dejó el puesto. A los pocos días estaba en la ciudad de Guatemala. Como la información estaba controlada por el Gobierno, solo se sabía de las manifestaciones. Entre tanto, Ubico cambió autoridades en la Universidad Nacional, por lo que estudiantes y docentes protestaron; a esto se sumó el gremio magisterial, indispuesto con Ubico porque solicitaban aumento salarial y el presidente ignoró la petición. Recuérdese que su salario era inferior al de 1930 y, desde 1942, la economía estaba en pleno auge, pues el país vendía toda su producción a Estados Unidos.


Esto preparó la disposición de los jóvenes universitarios y los maestros, quienes iniciaron protestas contra el Gobierno en junio de 1944. Cuando estas manifestaciones pacíficas fueron repelidas con violencia y la muerte de la maestra María Chinchilla, el 25 de junio, la élite capitalina pidió la renuncia de Ubico. Este aceptó y dimitió el 1 de julio. Ese era el panorama en la ciudad de Guatemala poco antes del mes de octubre.

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