EFE
Daron Acemoglu, Simon Johnson y James A.Robinson son tres teóricos de la pobreza cuyos caminos se han cruzado en diversos momentos y tienen varios trabajos que firman juntos, como “El revés de la fortuna: geografía e instituciones en la generación de la actual distribución del ingreso”, que terminó dándoles este lunes el Premio Nobel de Economía.
Acemoglu, nacido en Estambul en 1967 y de padres armenios, sostiene que la principal motivación de su trabajo es justamente la comprensión de los orígenes de la pobreza. Su carrera empezó en la London School of Economics, donde se doctoró y enseñó varios años antes de pasarse al MIT en EEUU.
Simon Johnson, nacido en 1963 en Shefield (Reino Unido) es también profesor de MIT y fue entre 2007 y 2008 economista jefe del Fondo Monetario Internacional (FMI).
En 2011 causó una polémica al calificar a Josef Ackermann, entonces presidente del Deutsche Bank, como el banquero más peligroso del mundo.
Durante la crisis financiera, Johnson rechazó la tesis de que la compra de vivienda por parte de personas con pocos ingresos hubiera sido el factor fundamental. Para él, el origen de la crisis estaba en la desrregulación del sector financiero.
Robinson es el único de los tres galardonados que no es profesor de MIT, sino de la Universidad de Chicago. Su primer encuentro con Acemoglu se dio en el tiempo que compartieron en la London School of Economics. Los dos publicaron juntos los libros “Orígenes económicos de la dictadura y la democracia” (2006), “Porqué fracasan los países” (2012) y “El pasillo estrecho (2019).
Por parte de Robinson ha habido un especial interés por Latinoamérica y África: ha hecho investigaciones en Botswana, Chile, Colombia y la República Democrática del Congo, entre otros países.
Una clave del trabajo de los tres galardonados -todos nacionalizados en EEUU- ha sido el papel preponderante que tienen las instituciones en la generación de riqueza y equidad.
A través de esa óptica procuran explicar también las diferencias entre las naciones que, según han demostrado, dependen fundamentalmente de las instituciones existentes y no de otros factores, como la geografía o la cultura.
Ese planteamiento generó un debate entre los tres y Jeffrey Sachs que le daba preponderancia al factor geográfico para explicar las diferencias.