Nos queda educar para el bien, mostrar el camino recto que solamente la Biblia diseña con rectitud; enseñar con amor.
Parece inaudito que haya procesos de selección para los mejores pegadores o peleadores que formen porras de violencia en los estadios. En la apertura de la Eurocopa de futbol en Francia ya hubo enfrentamientos serios en varias sedes entre fanáticos de Rusia e Inglaterra que tomaron como excusa un partido, la policía tuvo que intervenir con gases lacrimógenos. Y es que desde cualquier punto de vista deben rechazarse estos choques en los escenarios deportivos, los que deben convertirse en santuarios de socialización de la familia, en la que pasen 90 minutos de alegría, comentarios, sin fanatismo, sin exageraciones.
Pero lo triste de lo sucedido en Europa es el descubrimiento de escuelas de cómo golpear mejor al rival en los graderíos y en la calle. De ellos 150 son elegidos para viajar con sus selecciones. Los videos en una academia rusa produce escalofríos y llama a la reflexión de lo que sucede en una sociedad que ya agotó sus recursos para establecer principios de conducta y de armonía, en su lugar fomenta, odio, rencor, racismo y vandalismo. Jesucristo dijo amarás a tu prójimo como a ti mismo y, si eso se aplicara en el hogar, en la familia habría moral y ética en la humanidad, porque la familia es el reflejo de la sociedad.
¿Qué estamos construyendo para el futuro? ¿La desaparición del diálogo? Estamos abriendo el camino para que todo se resuelva a golpes. En el núcleo familiar se encuba el odio a través de los golpes en la pareja, que se extienden a los hijos, en la escuela, en el trabajo, en la calle, adentro y afuera de los estadios, porque ya no nos entendemos con la palabra, sino con la fuerza irracional y, como si fuera poco, la escuela del cine nos deja brutalidad física. Dice la Biblia que Dios vio que la maldad de los hombres era mucha y que todo designio de los pensamientos del corazón eran continuos solo para hacer el mal; además, no acepta al hombre que ama la violencia.
Nos queda educar para el bien, mostrar el camino recto que solamente la Biblia diseña con rectitud; enseñar con amor y no con temor, los principios los encontramos en la Palabra de Dios en Proverbios, y hacer que nuestros hijos educados no tengan compañía de violentos que contaminan, si la paga del pecado es muerte, la concordia tiene el premio de la paz y la armonía.
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