Los errores más comunes

No podemos sustraernos de la responsabilidad que tenemos en la deformación de la familia que se refleja en la sociedad.

Tenemos que insistir en que la familia está en grave riesgo, como consecuencia de los errores más comunes que cometemos los seres humanos. Y es que por omisión relegamos responsabilidades.

La tecnología ha invadido el hogar y los medios electrónicos importan todo tipo de violencia y malacrianzas de los hijos a los padres, esto como bola de nieve crece y deja enormes vacíos en la conducta.

El impacto es severo la secuela la vemos todos los días y a todo nivel. Lo que tenemos hoy, es el resultado de la negligencia de los adultos y de eso no podemos sustraernos, de la responsabilidad que tenemos en la deformación de la familia, no dimos amor, no dimos valores, no enseñamos respeto. No solo los dejamos crecer en el desorden de las habitaciones, sino de su vida.

Se les dijo que había que hacer dinero a toda costa, que el dinero daba alegría, felicidad y poder, pero no se les dice que si es mal habido el camino es la cárcel, que la felicidad es un don de Dios y solo se consigue cuando tenemos la paz del Creador porque esta trasciende todo conocimiento e intelecto humano.

Eso es ser feliz, estar contento con lo que se tiene, no ambicionar ni envidiar. Cometemos el error de no hablarles a los hijos de la mayordomía de Dios, saber cuidar los tesoros que nos da, saber invertirlos, gastar por necesidad y no por vanidad, no enseñarles a mentir ni a robar, inclusive los vueltos. No agredir y no matar ni con la mirada ni con la lengua, ni con armas.

Los hijos, como nosotros, cometen errores y la travesura trae su factura, pero la descomposición ha seguido y ahora se refleja en una sociedad deformada, que vive para el día a día porque no se construyeron las bases con la educación de los hijos.

La Biblia dice que las manos ociosas conducen a la pobreza, no se les “compartió la sabiduría de Dios para que construyeran sus casas y sus pilares”. La Palabra de Dios dice que el que no disciplina a su hijo no lo ama. Y no lo amó porque no le dio las herramientas para un futuro lejos del hospital, la cárcel y el cementerio; además de las víctimas que provoca su proceder de odio y desorden.

 Estos son elementos claves para el derrumbamiento familiar, por la falta de valores, disciplina, amor incondicional y confianza al hijo que se le ama por lo que es y no por lo que puede hacer y ser. Necesita un refugio, un remanso de amor y seguridad.