El jefe del Ejército de Nicaragua, general Julio César Avilés, dijo que el diálogo es la ruta que “más conviene” a los nicaragüenses para superar la crisis sociopolítica que atraviesa este país y que ha dejado de 295 a 448 muertos desde el pasado 18 de abril.
“Hemos manifestado que el diálogo es la ruta que más conviene a los nicaragüenses para encontrar consensos que nos permitan evitar afectaciones irreversibles a nuestro pueblo, nuestra seguridad, nuestra economía y al desarrollo nacional”, señaló el jefe militar en un discurso en ocasión del 39 aniversario de la Fuerza Aérea, que encabezó el presidente del país, Daniel Ortega.
“Son momentos donde a todos nos corresponde reflexionar y contribuir a reencauzarnos en la ruta de la estabilidad y la paz”, continuó el general Avilés.
Ortega dijo el lunes que está dispuesto a reanudar el diálogo con la mediación de la ONU y la participación de la Iglesia católica para buscar una salida a las protestas contra su Gobierno.
Ese mismo día, la ONU expresó que está discutiendo la posibilidad de asumir algún tipo de papel en los esfuerzos para mediar y poner fin a la crisis en Nicaragua. El pasado 19 de julio, el secretario general de la ONU, António Guterres, recibió al canciller nicaragüense, Denis Moncada, para analizar la crisis que vive el país.
El sector privado nicaragüense aceptó, en un comunicado, que al diálogo se puedan sumar, como garantes, la ONU, la Unión Europea, la OEA, el Vaticano y el Sistema de la Integración Centroamericana (Sica).
El diálogo, cuyos mediadores y testigos son los obispos de la Conferencia Episcopal, se instaló a mediados de mayo pasado, pero se ha desarrollado de forma intermitente y permanece suspendido desde el pasado 25 de junio, cuando se celebró su última sesión.
Ortega calificó de “golpistas” a los obispos y consideró que son cómplices de las fuerzas internas y de los grupos internacionales que, a su juicio, actúan en Nicaragua para derrocarlo.
Nicaragua atraviesa la crisis más sangrienta desde la década de 1980, también con Daniel Ortega como presidente, y ha dejado entre 295 y 448 muertos, según varios organismos humanitarios, cifra que el propio mandatario ha rebajado el lunes a 195.
Las protestas contra Ortega comenzaron el pasado 18 de abril por unas fallidas reformas a la seguridad social, y se convirtieron en un reclamo que pide la renuncia del líder, después de 11 años en el poder, con acusaciones de abuso y corrupción en su contra