Un futbolista que amenaza con “matar” a los aficionados ultras de su equipo, un entrenador que es cazado en un trama de corrupción de fichajes o un tenista que es sancionado por perder partidos son solo tres ejemplos de meteduras de pata en el deporte, muy corriente en las recientes semanas. La historia guarda muchos casos más.
“Voy a traer 100 asesinos de Argentina para matar a todos los ultras del Inter”. La frase está extraída del libro Sempre avanti, la biografía del futbolista argentino Mauro Icardi, que ha levantado tal polémica en Italia que se ha cuestionado la continuidad del delantero y capitán interista.
La cita de Icardi, que se contextualiza en una charla con la directiva del club, ha tenido respuesta por parte de los hinchas, quienes, después del partido con el Cagliari el 16 de octubre, esperaron a Icardi en su casa con una pancarta que decía: “Nosotros estamos aquí, ¿cuándo llegan tus amigos argentinos?”.
El denominado caso Icardi se ha resuelto, por ahora, con una multa por parte de la entidad interista y las disculpas del futbolista argentino en la web del club: “Acabo de vivir un paréntesis triste de mi historia nerazzurra, pido disculpas y me comprometo a modificar las páginas de mi biografía”.
Ídolos como Michael Phelps, detenido por conducir bajo los efectos del alcohol; Tiger Woods, con sus infidelidades y adicción al sexo; Diego Armando Maradona, metido en mil líos, o Manny Pacquiao, declarando que “los animales son mejores” que los homosexuales, han metido la pata hasta el fondo y sus errores forman parte de sus biografías.
En Inglaterra aún colea el asunto del seleccionador nacional de futbol Sam Allardyce, destituido de su cargo al cazarlo la prensa británica en un video en el que explica cómo burlar las leyes del mercado de fichajes.
Big Sam, de 61 años, fue despedido por la Federación Inglesa el 27 de septiembre, luego de 67 días en su cargo, y después de una treintena de años deambulando por los banquillos de media Inglaterra hasta que alcanzó el soñado puesto de seleccionador inglés, que dilapidó en no menos de 2 meses.
“Fue un error y estoy pagando las consecuencias. Caí en la trampa y tengo que aceptarlo”, reconoció Allardyce.
Sanción por perder
En España, la difusión en las redes sociales de un video de contenido sexual protagonizado por dos futbolistas del Éibar, de la primera división, Sergio Enrich y Antonio Luna, en el que ambos aparecían junto a una mujer, ha alterado la tranquila vida de este modesto club y de esta pequeña ciudad (27 mil habitantes) del norte del país.
Fuera del futbol, la metedura de pata más grave es protagonizada por el tenista australiano Nick Kyrgios, un díscolo del circuito profesional, que ha sido sancionado por dejarse ganar en un partido de octavos de final del Masters 1000 de Shanghái.
Kyrgios perdió a propósito algunos puntos en su enfrentamiento con el alemán Mischa Zverev, un comportamiento reincidente en la carrera del tenista australiano, que ya había hecho lo mismo en Wimbledon en 2015 contra el francés Richard Gasquet.
La acción de Kyrgios le ha costado una multa de 25 mil dólares (Q213 mil) impuesta por la ATP y la sanción de no volver a jugar hasta el 7 de este mes, una condena menor por el arrepentimiento del jugador y si se somete a tratamiento de un psicólogo deportivo. De no ser así, el australiano no podrá jugar hasta el 15 de enero.
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