Países de todo el mundo se reunirán el próximo año para negociar un tratado que prohíba las armas nucleares, a pesar de la oposición de la mayor parte de las potencias atómicas.
Así lo decidió una comisión de la Asamblea General de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), con el apoyo de 123 estados, el voto en contra de 38 y la abstención de 16.
El texto, impulsado por Austria, Brasil, Irlanda, México, Nigeria y Sudáfrica, establece la puesta en marcha de una conferencia que negocie un “instrumento jurídicamente vinculante para prohibir las armas nucleares, llevando hacia su total eliminación”.
La conferencia se reunirá en Nueva York del 27 al 31 de marzo y del 15 de junio al 7 de julio de 2017 y contará con la participación de países y organizaciones internacionales y de la sociedad civil.
Aunque la resolución aprobada no es legalmente vinculante, sí da comienzo al proceso de negociaciones y es considerada un paso histórico por las organizaciones que defienden la abolición de las armas atómicas.
La mejor prueba de su importancia, aseguran, son los grandes esfuerzos que las potencias nucleares han hecho para tratar de frenar su consentimiento.
“Las naciones con armas nucleares están bastante nerviosas”, aseguró Beatrice Fihn, directora ejecutiva de la Campaña Internacional para la Abolición de las Armas Nucleares (Ican, por sus siglas en inglés).
Presiones
Tanto la Ican como otras organizaciones y fuentes diplomáticas aseguran que algunos territorios, como Estados Unidos, han presionado en los últimos días a sus socios para que no apoyen esta iniciativa.
Entre otros argumentos, consideran que las negociaciones solo servirán para crear división y no tendrán consecuencias reales.
Rusia criticó duramente la iniciativa, advirtiendo que tendrá efectos negativos. París y Londres, por su parte, se refirió a que este proceso obstaculizará los progresos por la vía del Tratado de No Proliferación Nuclear, el acuerdo que restringe desde hace décadas la posesión de armas atómicas en el mundo.
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