Por primera vez, Estados Unidos se abstuvo en la Organización de las Naciones Unidas (ONU) en un voto de condena al embargo sobre Cuba, en lo que supone una nueva señal del acercamiento entre los dos países y de la voluntad de Washington de dejar atrás esta política.
Esta decisión, secundada por Israel, permitió que la Asamblea General de la ONU sacara adelante el texto sin expresiones en contra y rozando la unanimidad, pues los otros 191 Estados miembros se pronunciaron a favor.
“Estados Unidos siempre ha votado contra esta resolución. Hoy (ayer), EE. UU. se va a abstener”, anunció minutos antes de la reunión la embajadora de ese país ante la ONU, Samantha Power, en unas palabras recibidas con una gran ovación del resto de naciones.
Según Power, esta declaración que se aprueba anualmente desde 1992 “es un ejemplo perfecto de por qué la política estadounidense no estaba funcionando”.
“En lugar de bloquear a Cuba (…), nuestra política aislaba a EE. UU. Incluido justo aquí en Naciones Unidas”, apuntó Power.
La abstención, que el país norteamericano ya había considerado el año pasado, va en línea con la voluntad del presidente Barack Obama de poner fin al embargo, algo que defiende desde que, en diciembre de 2014, se inició el acercamiento bilateral entre las 2 naciones.
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