Tom Hanks vuelve a encarnar al profesor Robert Langdon en Inferno. En la cinta, que llega hoy a las salas guatemaltecas, el protagonista debe salvar a la humanidad mientras sigue la simbología de Dante Alighieri en La Divina Comedia.
La vuelta de la saga
En el largometraje repite como director el laureado Ron Howard, quien anteriormente versionó para el cine The Da Vinci code (El código Da Vinci) y Angels & demons (Ángeles y demonios), ambos libros del escritor Dan Brown, en los que Hanks dio vida al personaje que explora misterios ambientados en Italia. Mientras las anteriores obras se acercaron a cuestiones relacionadas con la Iglesia católica y el Vaticano, en esta ocasión, las alusiones a la religión son secundarias y se evita la polémica con la Santa Sede.
Inferno, que transcurre en gran parte en Florencia, aborda la angustia que causa el desbordado crecimiento de la población humana sobre la Tierra. Asimismo, la solución definitiva que plantea el villano de la película, interpretado por Ben Foster.
Entre construcciones y realidades
“El infierno es una construcción personal. Creo que si uno cree en él tiene que creer en el cielo, y viceversa”, declaró Dan Brown poco antes del estreno de un filme de cuyo presupuesto la productora Sony no reveló datos. Según el creador, la idea de este lugar, representada, ya sea en una novela o en una película, se basa en La Divina Comedia, de Dante.
Howard, por su parte, explicó que lo que le interesó del proyecto es que el filme aborda una cuestión que considera real: “No es algo que ocurre en el pasado, es algo sobre lo que todos hemos pensado y hablado, y uno de los elementos del peligro en esta película”. En su opinión, el hecho de que la sociedad no sepa cómo abordarlo, o sea reticente a la hora de tratar este problema, provoca un vacío. Inferno tiene como protagonistas, además de Hanks y Foster, a Felicity Jones, Sidse Babett Knudsen, Omar Sy e Irrfan Khan.
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