La tregua en Siria pende de un hilo, después de que el sábado la coalición liderada por Washington atacara una posición del Ejército de ese país, y de que Alepo sufriera la primera agresión, desde el comienzo del cese de hostilidades.
La agudización de las circunstancias coincide con el aumento de la tirantez entre Rusia y Estados Unidos, que se acusan mutuamente de hacer fracasar el alto al fuego.
El conflicto se tensó, aún más, luego de que la alianza encabezada por el gobierno de Barack Obama bombardeara reductos de las fuerzas armadas de esa república árabe, matando a 90 efectivos, según el último balance del Observatorio Sirio de Derechos Humanos (OSDH).
Piden investigación
El Kremlin solicitó ayer a la Casa Blanca un análisis detallado sobre el suceso.
“Estamos profundamente inquietos por lo que pasó. Pedimos a nuestros socios que lleven a cabo la más completa investigación y que tomen las medidas para evitar tales incidentes en el futuro”, declaró el Ministerio de Exteriores ruso en un comunicado.
Los señalados reconocieron que habían hostigado, lo que pensaban era una ubicación del grupo yihadista Estado Islámico (EI), pero pusieron fin a la operación, cuando Moscú les avisó que se trataba quizás de militares de esa nación que intenta salir de una larga guerra civil.
Por su lado, la consejera del presidente sirio Bashar al Asad, Buthaina Chaban, calificó el hecho como un ataque deliberado.
El convenio de suspensión preveía, entre otros puntos, el envío de ayuda humanitaria a las zonas rebeldes de la ciudad en donde viven, según la ONU, 250 mil habitantes, sitiados por las huestes del Gobierno.
Deja un comentario