Después de un gesto antideportivo que le pudo haber costado la tarjeta roja a Franck Ribery, en un duelo contra el Borussia Dortmund, válido por la Supercopa de Alemania, la directiva del Bayern Munich acudió al capitán, Philipp Lahm, y al entrenador, Carlo Ancelotti, para pedir al francés que calme su temperamento.
En una jugada frente al defensa Felix Passlack, el exinternacional lo golpeó con el codo de manera violenta. El árbitro lo amonestó con una tarjeta amarilla, a pesar de que la acción merecía la expulsión.
“He hablado con él. Creo que lo ha entendido. Tales acciones son peligrosas, y por lo tanto no deben suceder”, señaló Ancelotti.
“Espero que no se reproduzca más en el futuro”, dijo Lahm.
El Bayern Munich se llevó la Supercopa en el campo del Borussia Dortmund, gracias a los goles del chileno Arturo Vidal y el alemán Thomas Muller.
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